Ya es normal que en muchos eventos deportivos haya protestas. Por ejemplo, el fútbol inglés mantiene su manifestación contra el racismo “Black Lives Matter”, y por eso en la Premier League los jugadores y técnicos se arrodillan antes del pitazo inicial.

Y muchos recuerdan al esgrimista estadounidense Race Imboden, quien en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 se arrodilló durante la ceremonia de premiación para apoyar la lucha contra la xenofobia y la violencia racial en su país.

Gestos como esos no podrán darse en los postergados Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que pese a la pandemia de coronaviris mantienen su fecha de realización del  23 de julio al 8 de agosto próximos, pues la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional (COI) recomendó mantener la prohibición de cualquier “propaganda política, religiosa o racial”, como establece la norma 50 de la Carta Olímpica.

Y se sugiere subrayar la importancia de la solidaridad, la unidad y la no discriminación en las ceremonias de inauguración y clausura. Por eso los atletas podrán lucir ropa que incluyan palabras como paz, solidaridad, respeto, inclusión o igualdad, aunque cualquier gesto alusivo a ellas en el podio o en la competencia será sancionable.