Oh I'm just counting

Dolor en el fútbol argentino: murió el destacado técnico César Luis Menotti, campeón del mundo

La asociación de fútbol argentino, AFA anunció este domingo que César Luis Menotti, histórico entrenador campeón del mundo con la Selección Argentina, falleció a los 85 años de edad.

El 'Flaco', como popularmente se lo conocía, se desempeñaba como Director de Selecciones y venía sufriendo problemas de salud que lo habían tenido internado varios días y que incluso le habían impedido viajar al Mundial de Qatar, donde en diciembre de 2022 Argentina ganó su tercera estrella.

El pasado 10 de abril le habían dado el alta por un severo cuadro de anemia y se había ido a su domicilio.

"La Asociación del Fútbol Argentino lamenta informar con enorme tristeza el fallecimiento de César Luis Menotti, actual Director de Selecciones Nacionales y extécnico Campeón del Mundo de Argentina", publicó AFA en su cuenta oficial.

Claudio Chiqui Tapia, presidente de la Asociación, también se expresó en su cuenta de X: "Querido Flaco, es un dolor inmenso tener que despedirte. Nos dejaste mucho en tu paso por la Selección Argentina y por el fútbol. Sin dudas, tu paso a la inmortalidad será con el mejor de los recuerdos de todos los que amamos la redonda".

La historia del Flaco Menotti con la Selección Argentina
La historia del fútbol argentino podría definirse a partir de un antes y un después de César Luis Menotti.

En 1974, cuando David Bracuto, por entonces presidente de la AFA, le ofreció el puesto de técnico de la Selección argentina, reinaba la improvisación. Organizar y programar el trabajo de las selecciones nacionales a largo plazo era algo insignificante, anecdótico para la época. Eran palabras reservadas para los equipos chicos, sin historia.

¿Para qué, si con la materia prima que tenemos en el país nos sobra? ¿Para qué, si los argentinos somos los mejores del mundo? Ese pensamiento chocaba con la realidad, claro, porque "los mejores del mundo" nunca habían ganado un Mundial, por ejemplo, y se conformaban casi siempre con ser los "campeones morales".

"Los mejores del mundo" venían de sacar cuatro puntos sobre 12 disputados en el Mundial de Alemania 74, de quedar eliminados en la clasificación al Mundial de México 70, de frustraciones sucesivas en Inglaterra 66, Chile 62, Suecia 58...

Por primera vez en mucho tiempo los jugadores de la selección empezaron a trabajar de acuerdo a un plan trazado con antelación, que se fue cumpliendo de acuerdo a lo pautado.

Dejaron de juntarse dos días antes de un partido porque ya sabían que el calendario decía que tal fecha se jugaba un amistoso contra determinado rival. Se había armado un calendario internacional, una utopía cuando Menotti se hizo cargo del equipo, y la selección pudo medirse seguido con las potencias del fútbol europeo.

En este cambio histórico mucho tuvo que ver Menotti, sin duda, pero también influyó en gran medida un dato fuerte: la Copa del Mundo, por primera vez, se iba a jugar en la Argentina. Era clave que la Selección tuviera una destacada actuación en el país, para satisfacer a un pueblo netamente futbolero y para tapar -con el Proceso militar más sangriento de la historia en el poder- las atrocidades cometidas por los dictadores.

Menotti nació el 5 de noviembre de 1938, en Santa Fe, donde dio sus primeros pasos como jugador, primero en Unión América de Fisherton y luego en la Liga Carcarañense. Más tarde llegaría a Rosario Central, club en el que debutó, luego jugaría en Racing y en Boca.

Antes de retirarse, iba a darse el gusto de pasar por el Generals de Estados Unidos, el antecesor del Cosmos, y el Santos de Pelé. Estaba claro que lo suyo iba a estar vinculado a la dirección técnica, y a eso se dedicó tras retirarse cuando todavía tenía paño para seguir en el fútbol profesional.

En 1970 fue asesor de Miguel Antonio Juárez en Newell's, y un año después llegaría el gran desafío de su carrera: Huracán. Con el Globo, en 1973, se consagró campeón, y dejó marcado su sello en un equipo que era un deleite para la vista. Brindisi, Babington, Avallay y Houseman, entre otros, fueron abanderados del discurso menottista. De allí, el trampolín al conjunto nacional.

Dueño de un mensaje motivador, con claridad de concepto, sin complicaciones para el jugador, Menotti armó una selección que privilegió a los buenos jugadores y tuvo como premisa el buen trato de la pelota. Ardiles, Valencia, Alonso, Villa, Kempes, Houseman, Bertoni, Luque y Ortiz pueden dar fe. Su discurso siempre le dio prioridad al buen fútbol antes que al resultado. O mejor: para llegar al resultado (ganar) hay que jugar bien al fútbol.

Y consiguió que, definitivamente, la Selección argentina asumiera un protagonismo que hasta su llegada no tenía, que saliera a jugar los partidos sin miedos, de igual a igual con las grandes potencias. Con Menotti llegó el primer título mundial de mayores, y un año más tarde, en 1979, el primero también en juveniles, con Maradona como abanderado.

"La idea es jerarquizar a la Selección. Tengo la posibilidad de demostrar que se puede construir una estructura sólida, capaz de respaldar el trabajo del técnico". Cuando César Luis Menotti asumió su cargo el 2 de octubre de 1974, el equipo nacional de Argentina venía de décadas de desorganización, falta de seriedad y derrotas deportivas. Basta decir que en el Mundial de 1974 hubo tres entrenadores que nunca pudieron crear una estructura firme. Entonces, llegó el director técnico del inolvidable Huracán de 1973 y cambió todo.

César Menotti, el hombre que "inventó" la Selección Argentina moderna

Algún día de 1974, el presidente de la AFA David Bracuto llamó al joven Menotti para ofrecerle la dirección técnica del seleccionado. Ex dirigente de Huracán, Bracuto conocía a la perfección al entrenador de 36 años que había sido campeón del Metropolitano 1973 y sabía lo que le podía dar al combinado nacional. Le dijo que su continuidad no dependía de los resultados y que debía liderar un proyecto integral. La respuesta del Flaco fue muy clara: "Es la gran ambición de mi vida". Así, Argentina comenzó a ganar su primera Copa del Mundo.

Los cuatro años previos al Mundial fueron muy intensos. Se formaron combinados en las provincias, se jugaron decenas de amistosos y antes del inicio del torneo el plantel estuvo concentrado más de cincuenta días. Por primera vez en la historia, la Selección nacional era la prioridad de todos los actores del fútbol argentino. César Menotti fue el gran responsable de esto. El rosarino, quien falleció a los 85 años este domingo 5 de mayo, lideró una verdadera revolución, que cambió para siempre al fútbol nacional.

El objetivo fue claro desde el comienzo: ganar la Copa del Mundo de 1978. Y tan claro como lejano, porque Argentina estaba muy lejos de los primeros planos internacionales. La generación dorada de los cuarenta, que Menotti siempre miró con admiración, ya estaba demasiado lejos en el pasado, y se necesitaba una mirada moderna y al mismo tiempo respetuosa de la tradición. Menotti era el hombre perfecto para liderar el nuevo proyecto y puso en marcha un cambio total: de mentalidad y al mismo tiempo de estructura organizativa.

El Mundial 1978, el objetivo máximo
Renovó casi por completo el plantel que había jugado el Mundial 1974. Cuatro años después, disputaron la Copa en Argentina solo tres futbolistas que habían estado en Alemania Federal: Ubaldo Fillol, René Houseman y Mario Kempes.
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"Yo puedo perdonarles todo. Que se equivoquen en los relevos, que regalen una pelota y llegue el gol contrario o que se olviden del planteo. Pero no les voy a perdonar que les falte personalidad para ser fieles a un estilo de juego. Yo siempre dije por qué y para qué los traje a la Selección y no les voy a permitir que traicionen la vocación que los llevó a ser jugadores de fútbol". Eso fue lo que dijo Menotti en la charla previa a la final contra Países Bajos.

Habían pasado casi cuatro años, miles de horas de entrenamiento y seis partidos de la Copa del Mundo. Todo un país que se desangraba por la dictadura a la vez soñaba con un título en medio del horror. Después de las palabras del entrenador rosarino, el equipo nacional salió al campo de juego del estadio Monumental y le ganó a Países Bajos con fútbol y coraje. Así se consagró campeón por primera vez en la historia.

Tras el partido y la vuelta olímpica, todos volvieron al vestuario, jugadores y cuerpo técnico. El DT contó ese momento en una entrevista con el diario Clarín: "Llegué al vestuario y me senté contra la pared con los ojos cerrados. Cuando los abrí me di cuenta de que los muchachos se habían sentado frente a mí en silencio. Nadie decía nada. No había emoción ni angustia ni llantos. La felidad eterna la teníamos todos bien adentro".

También se refirió al tema más controversial y polémico de la Copa: la relación del Seleccionado con la dictadura militar: "Nosotros somos el pueblo, somos las víctimas y representamos lo único legítimo en este país: el fútbol. No jugamos para las tribunas llenas de militares sino para la gente. Nosotros no defendemos la dictadura sino la Libertad".

"De los tres primeros puestos del torneo, dos sudamericanos, Argentina y Brasil, han ocupado dos lugares. Clara demostración que todavía en América se pueden seguir ganando campeonatos mundiales", consideró el director técnico en la conferencia de prensa posterior a la final. Sin dudas, el fútbol de este continente siempre gozó de buena salud.

Haber cumplido el objetivo de máxima dejó más que satisfecho a Menotti y por eso apenas finalizó el Mundial declaró: "El ciclo Menotti ha concluido. Hoy, me atrevo a decir que ni aun cuando me lo propongan, las autoridades continuaría preparando a esta Selección para 1982, en España. Ya no tengo fuerzas para continuar un camino que estuvo lleno de problemas y dificultades. Desde el primero de enero de 1975 hemos venido luchando día a día contra los incrédulos respecto al equipo que estábamos preparando. Con este título, mi tarea ha terminado". Por supuesto, la historia dice que su camino en la Selección continuó y su legado se hizo más grande.