El argentino Gerardo Manuel Reinoso que supo brillar a principios de los 90′ en la UC, volvió el pasado domingo al Claro Arena y terminó siendo protagonista: ayudó a salvar la vida de Patricio Toledo en cancha con su reanimación.
Así lo demuestran distintas postales que comenzaron a dar vuelta en redes sociales una vez que se supo del infarto del ‘Pato’ en el campo de juego, en medio del homenaje denominado ‘Adiós Capitanes’ para Cristian Álvarez, José Pedro Fuenzalida y Milovan Mirosevic.
Una vez concluido el partido, La ‘Vieja’, como era conocido, habló en zona mixta y repasó cómo recuperó a Toledo, junto al ‘Huaso’: “Fui el primero que corrí y al verlo así le hice respiración boca a boca, creo que Cristián Álvarez le hizo el masaje en el corazón”, expresó.
“Nos asustamos tanto, hasta que después de un tiempito volvió a respirar, después llegaron los médicos y sufrió otro paro. Seguimos con la reanimación y volvió a respirar de nuevo y lo llevaron al hospital”, agregó.
Reinoso, además, sostuvo que lo ocurrido fue “una desgracia, que no sucede a menudo, y nada, tuvimos un susto muy grande, pasamos un momento muy feo, toda la gente que vino acá a disfrutar, nos asustamos mucho”.
“Tuvimos la noticia que ya está bien, estable, y eso nos dejó tranquilos, y pudimos terminar el tema de los capitanes, con la gente, sabiendo que estaba bien”, añadió Reinoso para retirarse del recinto.
Consignar que durante la noche del domingo, Patricio Toledo fue sometido a una intervención para destapar la arteria que le produjo una ‘muerte súbita’, como lo comunicó Luis Herrada, jefe de urgencias de la Clínica Universidad de Los Andes. La esposa del exjugador, Ely Serrano, detalló que “hay 72 horas para que salga de su estado crítico”.
Patricio Toledo sigue luchando en el centro de salud. En gran parte, porque Reinoso y Álvarez, y los demás médicos, le ayudaron a superar los infartos en el campo de juego con su rápido actuar.
Exfutbolista Gerardo Reinoso relata la ayuda clave que dio al arquero Pato Toledo tras infarto en estadio de la UC: “Cuando llegué no respiraba”


