La chilena Martina Weil quedó eliminada en las semifinales de los 400 metros en el Mundial de atletismo de Tokio al marcar el noveno mejor tiempo de todas las participantes (49.88), a solo una centésima de la noruega Henriette Jæger (49.87), que fue la última que se clasificó a la definición.
La chilena de 26 años quedó cuarta en la tercera serie con un tiempo de 49.88, lejos de los tres primeros puestos que registraron la estadounidense Sidney McLaughlin-Levrone (48.29), la británica Amber Anning (49.38) y la jamaicana Nickisha Pryce (49.46).
Tras la carrera, la velocista nacional se vio afligida mientras esperaba los resultados. Su rostro denotaba frustración.
Eso también se vio reflejado en sus declaraciones post competencia. "Ha sido una temporada increíble, pero estoy desanimada porque tenía muchas ganas de llegar a la final. Lo di todo, así que no me puedo reprochar nada. Cuando empecé en este deporte era algo lenta. No se me daba bien al principio y mi madre (Ximena Restrepo) perdió la esperanza, así que cuando empecé a correr rápido, fue muy bueno para mí, pero también para ella. Ella ve que el legado sigue vivo", dijo Martina, algo decepcionada, en la zona mixta del Estadio Olímpico.
"Marileidy Paulino (atleta dominicana) dijo que una vez que corres 49 segundos empiezas a correr 49 con más frecuencia y de repente corres 48. Tenía mucho miedo cuando corrí 49 segundos en París porque pensé que no iba a poder volver a hacerlo. Y luego lo volví a hacer en Zúrich y ahora aquí. Esto me dice que puedo correr 49 segundos pase lo que pase. Ya no lo siento como una barrera insalvable", manifestó.
La velocista nacional también hizo una angustiante confesión respecto a su día a día en el deporte: "Tengo un buen equipo y un grupo increíble, pero le digo a mi entrenador que voy a dejarlo al menos tres veces por semana. En este momento estoy muy feliz, pero no me preguntes después de un entrenamiento muy duro porque voy a decir que odio el deporte con todo mi corazón".