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“Piensan que necesito una limosna”: Leyenda del deporte Martín Vargas dice estar “destruido” con decisión del municipio de Maipú de cancelar sus talleres de boxeo en la comuna

Martín Vargas, legendario boxeador chileno e ícono de este deporte en las décadas de los setenta y ochenta, reconoció este jueves haber quedado “destruido” luego que el municipio de Maipú decidiera despedirlo de sus funciones como profesor de boxeo en talleres gratuitos a niños y jóvenes de la comuna.

La decisión llegó esta semana luego de más de dos décadas de servicios de Vargas a la comunidad maipucina, y luego que la propia municipalidad la justificara porque el deportista “hoy no está en condiciones de cumplir las funciones estipuladas inicialmente en su contrato”, debido a su actual condición de salud, producto de un TEC y fracturas costales sufridas luego de ser atropellado el pasado 30 de mayo mientras cruzaba una calle en Maipú.

La frustración de Martín Vargas por el despido en Maipú

“Fui informado de que ya no seguiría prestando servicios en la Municipalidad de Maipú, ya que, según los funcionarios presentes, no estaba realizando actividades, motivo por el cual mi sueldo no había sido pagado durante noviembre”, fueron las primeras palabras que ofreció ayer el boxeador, quien en un breve comunicado aseguró que “la manera en que gestionó este aviso (por WhatsApp) me parece profundamente irrespetuosa e informal, y considero que no corresponde ni a mí ni a ningún otro trabajador de la comuna”.

Me siento un poco mejor, así que no es para que digan que no tengo las condiciones, que no puedo trabajar más

Pese a la respuesta del municipio, que tras despedirlo se comprometió a brindarle “un apoyo económico permanente sin obligarlo a realizar labores que no son compatibles con su estado de salud”, el púgil insistió que no espera dicha ayuda, sino más bien recuperar su trabajo a los 70 años.

“Del dos mil estoy trabajando acá en Maipú, y para mí es complicado que de repente me digan: ‘No puede trabajar más, está despedido’. Chuta. Estoy yendo al Hospital del Trabajador, estoy en terapia y con licencia médica. Me siento un poco mejor, así que no es para que digan que no tengo las condiciones, que no puedo trabajar más. ¡No, miércale! El atropello me dejó bien complicado, pero gracias a Dios he estado superándome día a día”, explicó Vargas.

“Yo no quiero pensión (del municipio). Estoy apto para trabajar, dirigir y dar charlas, todo lo que me pidan yo lo hago. Piensan que necesito una limosna, pero yo no quiero eso. Realmente todo esto me tiene destruido”, finalizó.