La árbitro Catarina Campos mostró la primera tarjeta blanca que se ha visto en un partido de fútbol en Portugal.
Ocurrió durante el encuentro que el Benfica acabó ganando 0-5 al Sporting de Portugal en la Taça de Portugal Feminina.
En el minuto 44 del primer tiempo la árbitro sacó una tarjeta blanca a los médicos de ambos equipos y, a diferencia de las advertencias amarilla y roja, la señal fue de reconocimiento por juego limpio.
Uno de los 15.032 hinchas presentes en el Estádio da Luz se sintió mal en las gradas y necesitó asistencia, siendo auxiliado por los servicios médicos de ambos equipos.
La tarjeta blanca fue aprobada por la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) de 2018 para premiar el 'fair play' (juego limpio) y las buenas actitudes en un partido, tanto en el terreno de juego como en la grada.
Esta herramienta fomentada por el Plan Nacional de Ética en el Deporte de Portugal sirve para "reconocer los comportamientos correctos en el campo, aplicándose a jugadores, entrenadores y también aficionados", explicó la FPF al anunciar la creación de la tarjeta blanca.
España implantó la tarjeta blanca en vez de la amarilla en 1971
Las tarjetas empezaron a utilizarse oficiosamente en el mundo del fútbol durante el Mundial de Inglaterra de 1966, en el partido de cuartos de final que enfrentó a Argentina y Inglaterra.
Oficialmente las tarjetas amarilla y roja se implantaron en el Mundial de México celebrado en 1970, siendo el soviético Kakhi Asatiani el primer jugador al que se le sancionó con tarjeta amarilla y el chileno Carlos Cazely el primero en ver la roja.
El 15 de enero de 1971 la Federación Española de Fútbol autorizó la implantación de la tarjeta blanca para la amostación y la roja para la expulsión.
En 1976 la Federación Española acató la normativa internacional y cambió su tarjeta blanca por la amarilla que se utilizaba en el resto de países.