Probablemente muy pocos conocían a Melissa Jefferson-Wooden cuando comenzó la temporada, pero llegado el Mundial eran pocos los que dudaban de sus opciones. La estadounidense solo perdió una de las 20 carreras disputadas este año y ese dominio llegó a su cúspide en Tokio.
En la capital nipona, Jefferson-Wooden se convirtió en la primera mujer, desde Shelly-Ann Fraser-Pryce en Moscú 2013, que gana el doblete de la velocidad, un logro que ninguna otra estadounidense había conseguido antes.
En los 100 metros planos, empató la cuarta mejor marca de todos los tiempos, el 10.61 que Elaine Thompson-Herah había registrado en el mismo escenario en los Juegos Olímpicos cuatro años antes. En los 200 m, una prueba que recién había comenzado a correr este año, superó por casi medio segundo a su más cercana perseguidora, la británica Amy Hunt.
Una ávida aficionada a los videojuegos, que suele incluso transmitir por Twitch sus partidas, Jefferson-Wooden trituró a sus rivales como si de un lance de Call of Duty se tratara. Luego se alió a su madrina de bodas Twanisha Terry, y a sus invitadas Kayla White y Sha’Carri Richardson para colgarse también el oro del 4x100.
Su aporte hizo la diferencia para la velocidad estadounidense, tal como lo hizo siete años antes para su padre, cuya vida salvó cuando le donó células madre de la médula ósea para ayudarlo a superar una enfermedad potencialmente mortal. Ese día descubrió que su vocación era ayudar, y vaya que lo hizo para la causa de su país.
VIDEO de la final de 200 metros. Un repaso al mundial de atletismo en Tokio 2025: Melissa Jefferson-Wooden, la nueva reina de la velocidad


