Con un candado en la entrada y sofás con sacos de dormir, activistas estadounidenses, de la organización Code Pink, ocupan la embajada de Venezuela en la ciudad norteamericana de Washington.
El objetivo: impedir la llegada de la nueva delegación, que fue nombrada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó; reconocido por Estados Unidos como presidente encargado de Venezuela.
El edificio de cuatro plantas en Georgetown permanece casi vacío y cerrado al público, después de que la mayoría de los diplomáticos dejaran el país luego de perder su estatuto.
Los últimos funcionarios que quedaban oficialmente como emisarios extranjeros, por ser representantes ante la Organización de Estados Americanos (OEA), se irán en los próximos días, después de que el 10 de abril el organismo multilateral acordara aceptar a Gustavo Tarre como representante de Venezuela hasta que haya nuevas elecciones.
La fecha límite para que la delegación de Nicolás Maduro abandone el edificio es el 25 de abril, pero los activistas aseguran que no se moverán de allí.
De esta manera, la organización Code Pink asegura que su objetivo es evitar que “la oposición venezolana tome el edificio diplomático que pertenece al gobierno electo”. Por esta razón, han organizado vigilias de 24 horas, los siete días de la semana para "proteger la embajada".