El fotógrafo Wu Guoyong viajó por el país asiático para documentar estas coloridas fosas comunes.
Un fotógrafo chino capturó impresionantes imágenes de los infames "cementerios de bicicletas" de China, un problema que surge de la gran cantidad de bicis y la poca demanda de los clientes.
Wu Guoyong voló su dron sobre 15 sitios diferentes de China para capturar estas fosas comunes de todos los colores del arcoíris, donde viven sus últimos momentos las bicicletas de uso compartido, o de renta, de compañías como Ofo, Bluegogo, Gobee y Mobike. El siguiente video, "No Place to Place" (Ningún lugar para poner), muestra miles de bicicletas descompuestas, destruidas y abandonadas. Su video ha generado 44 millones de visitas en la plataforma de video china QQ.
El fotógrafo le dijo al South China Morning Post que considera que "las bicicletas compartidas son útiles, pero los cementerios exponen un problema moral en el paisaje de China". ¡Estamos tirando bicicletas a la basura! No parece correcto".
Bikeshare ha sufrido fuertes críticas en los últimos meses por seguir un modelo de negocio insostenible. Ofo, con sede en Beijing, despidió recientemente a la mayoría de su personal en Estados Unidos, meses después de recibir una inyección de dinero de USD 866 millones. En menos de tres años, la empresa ha recaudado más de 2,000 millones en fondos de capital de riesgo, según Crunchbase.
En 2017, las empresas de bicicletas compartidas rivales empezaron a inundar ciudades de todo el mundo con más bicicletas de las que podían manejar con la esperanza de dominar el mercado y deshacerse de la competencia.
En Estados Unidos, las ciudades apabulladas por la aparición repentina de bicicletas en cada rincón y grieta maniobraron con rapidez para regular las operaciones de las empresas de bicicletas compartidas.
La reacción de Ofo fue retirarse de varias ciudades, incluidas Atlanta, Austin, Charlotte, Seattle y Washington, DC. También están cerrando operaciones en otros países.
En una declaración a los medios emitida en julio, el gerente general de Ofo en Texas, Everett Weiler, sugirió que las barreras regulatorias fueron la causa de su cierre de operaciones: "A medida que continuamos llevando bicicletas compartidas a las comunidades de todo el mundo, Ofo ha comenzado a reevaluar los mercados que presentan obstáculos a las nuevas soluciones ecológicas de tránsito, y priorizar el crecimiento en mercados viables que respalden el transporte alternativo y nos permitan continuar prestando servicios a nuestros clientes".
Es una acusación sutil de que las ciudades no están preocupadas por el medio ambiente. En realidad, son las empresas de bicicletas las que no son sostenibles.