Australia autorizó el jueves la evacuación forzada de sus residentes en medio de un éxodo masivo de turistas de las comunidades costeras devastadas por el fuego, mientras el país se prepara para una ola de calor de fin de semana que se prevé que avivará los mortales incendios de matorrales.

Las catastróficas llamas arrasaron el sureste del país en la víspera de Año Nuevo, matando al menos a ocho personas y dejando varados a los turistas.

La primera ministra de Australia, Gladys Berejiklian, declaró el viernes el estado de emergencia por siete días, lo que permite las evacuaciones forzosas a partir del viernes, por tercera vez en la región más poblada de Australia en esta temporada de incendios.

“No tomamos estas decisiones a la ligera, pero también queremos asegurarnos de que tomamos todas las precauciones necesarias para estar preparados para lo que podría ser un día horrible el sábado”, dijo.

Esto ocurrió después de que el Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur declarara una “zona de salida turística” que se extiende unos 200 kilómetros (125 millas) desde el popular lugar de vacaciones de Bateman’s Bay a lo largo de la pintoresca costa hasta el vecino estado de Victoria, donde también se está instando a la gente a huir.

Se sabe que al menos 18 personas han muerto en una de las temporadas de incendios de matorrales más devastadoras de Australia hasta ahora, y se teme cada vez más que el número de víctimas aumente drásticamente, ya que las autoridades de Victoria afirman que 17 personas han desaparecido en el estado.