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Candidato demócrata Joe Biden acusa a Trump de haber “fomentado la violencia durante años” en Estados Unidos

La espiral de violencia en las movilizaciones contra el racismo en diversas ciudades de Estados Unidos ha puesto en aprietos al candidato demócrata Joe Biden. El presidente Donald Trump ha conseguido desviar el foco de la pandemia y el desempleo hacia los disturbios y se ha afanado en acusarle, sin base, de connivencia con los saqueadores.
 
Se ha estrechado la ventaja electoral del exvicepresidente de la era de Barack Obama en Wisconsin, un Estado clave en las elecciones que precisamente que ha sufrido los últimos disturbios, y el apoyo al movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) ha bajado. Biden contraatacó este lunes, abandonó su casa de Wilmington (Delaware), de la que apenas sale desde que se declaró la pandemia, y pronunció un duro discurso en el que acusó a Trump de azuzar el odio.
 
Este presidente renunció hace tiempo a cualquier liderazgo moral en este país. No puede parar la violencia porque la ha fomentado durante años”, dijo Biden desde Pittsburgh, Pensilvania, en uno de los pocos actos electorales que ha llevado a cabo de forma presencial por precaución ante la crisis del coronavirus. “Él quizá cree que poner en su boca o escribir en Twitter las palabras ’ley y orden’, pero su fracaso a la hora de llamar a sus propias milicias armadas a parar la violencia muestra lo débil que es”, añadió, “¿alguien cree que habrá menos violencia en Estados Unidos si Trump es reelegido?”.

“Ustedes me conocen. Conocen mi corazón, y conocen mi historia, la historia de mi familia. Pregúntense: ¿Parezco un socialista radical que siente debilidad por los saqueadores? ¿En serio?”, apeló a los ciudadanos.

Biden reaccionó a días de asedio por parte del presidente republicano, que le ha acusado machaconamente de ignorar los graves disturbios en ciudades como Minneapolis (Minnesota), Portland (Oregón) o Kenosha (Wisconsin). Las tres muertes de la última semana -dos manifestantes a manos de un adolescente blanco simpatizante de la policía en Kenosha y otro varón miembro de un grupo de ultra en Portland, según Associated Press- han aumentado la presión sobre el candidato demócrata. La distancia en los sondeos ha menguado, sobre todo en los territorios clave para las elecciones del 3 de noviembre. El promedio elaborado por Real Clear Politics sobre Wisconsin, Carolina del Norte, Florida, Pensilvania, Michigan y Arizona, el demócrata supera a Trump en 2,7 puntos, frente a los seis de hace solo un mes.

David Axlerod, analista y estratega jefe de las campañas de Obama en 2008 y 2012, advertía el jueves pasado: “La misión de Trump en la convención republicana [que la semana pasada conformó a Trump candidato a la reelección] fue la de desviar la atención de la covid-19 y la tasa de paro del 10% a la ’ley y orden’. Para ser franco, el momento de los disturbios en Kenosha ha sido un regalo para esa misión”. El apoyo al movimiento Black Lives Matter que se situó en el 53% tras el caso Floyd, se encuentra ahora en el 49%, según datos de Civiq citados por la plataforma FiveThirtyEight, una de las grandes referencias en sondeos en EE UU.

“Saquear no es protestar, quemar cosas no es protestar y los que lo hacen deberían ser procesados”, recalcó Biden este jueves. El candidato ya había rechazado antes la espiral violenta de las protestas, desde los primeros disturbios de este verano a raíz de la muerte de George Floyd en un brutal arresto policial, la espita que encendió esta gran ola de movilizaciones. El pasado miércoles, por ejemplo, afirmó que quemar comunidades no es protestar. “Es violencia innecesaria, que pone vidas en peligro, que obliga a cerrar negocios que sirve a esa comunidad, está mal”, declaró.

El demócrata, sin embargo, no ha logrado hasta ahora que ese sea el mensaje que cale de su discurso, sino el énfasis en la denuncia del racismo estructural del país. El asunto no apareció tampoco en la convención nacional del partido, cuando sí fue el plato fuerte del cónclave republicano, por lo que el presidente aprovecha para acusar a Biden de connivencia. “¿El lento de Joe Biden cuando va a criticar a los anarquistas, matones y agitadores en [el movimiento] Antifa? ¿Cuándo va a sugerir llevar la Guardia Nacional a las ciudades y Estados demócratas que están mal gestionados e infestados de crimen? ¡Recordad, él no puede perder el voto super progresista del loco Bernie [Sanders]”, escribió el domingo por la noche Trump en su cuenta de Twitter.

Las cartas están sobre la mesa desde la semana pasada, cuando se celebró la convención nacional republicana para coronarle como candidato a la reelección. El mandatario asocia constantemente a Biden, un demócrata que encarna la vertiente moderada del Partido, con una figura izquierdista como Bernie Sanders, que perdió las primarias contra el exvicepresidente de la Administración Obama. Además, culpa a las autoridades locales de esas ciudades, que son demócratas, de no hacer lo suficiente para frenar la violencia y permitirle desplegar agentes federales. Lo pone como ejemplo de lo que sería un Gobierno de Biden.

En esta línea, redirigió la atención a la pandemia, que se ha cobrado la vida de más de 180.000 personas en Estados Unidos y a la que el presidente ha respondido de forma errática, negando la gravedad hasta el último momento, y con polémicas sonadas, como cuando sugirió a los ciudadanos inyectarse desinfectante. “Trump dice que ustedes no estarán seguros en los Estados Unidos de Biden. Trump ha fallado en proteger a los estadounidenses y ahora quiere asustarlos”, ha declarado el candidato demócrata.