Natalia e Irina Strozzi dicen que han ido varias veces a ver a su tatarabuela. En el Museo del Louvre, al fondo de uno de los salones, la imagen de esa mujer es custodiada por barreras de cintas, una cerca protectora y hasta un cristal blindado. El gran número de personas que se agolpan frente a ella para fotografiarla con sus celulares, hacen difícil poder apreciar a la que es sin duda, la pintura más famosa del recinto: La Gioconda.
Conocida también como la Mona Lisa, la obra fue pintada entre los años 1503 y 1519, según el último análisis del Louvre, y ha sido motivo de estudio y admiración, resaltando su intrigante sonrisa y una mirada que parece seguir a quien la observa. Pero, sobre todo, los expertos han intentado descifrar quién es.
Mientras algunos teóricos han llegado a decir que se trata de un autorretrato de su autor, el afamado Leonardo Da Vinci, estas dos jóvenes italianas sostienen que se trata de Lisa Gherardini del Giocondo, y que ellas son sus descendientes directas, detalla Emol.
"Somos las últimas descendientes vivas de la Mona Lisa", dijeron las hermanas en una reciente conversación con la cadena NBC, reiterando así su supuesto parentesco con la mujer retratada en la obra.
Un poco de historia
Natalia e Irina explicaron que su abuela solía hablarles de la conexión que ellas tenían con la famosa pintura, pero nunca se interesaron realmente en el tema, hasta que un amigo e historiador, Domenico Savini, revisó su árbol genealógico y descubrió pruebas del vínculo que tendrían con La Gioconda.
Según han explicado en el pasado, los Strozzi fueron una familia noble de Florencia -de hecho, el padre de las hermanas posee el título de príncipe-. Y también "eran los más grandes enemigos de los Medici", la poderosa familia florentina que se caracterizó, entre otras cosas, por ser los mecenas de numerosos artistas y científicos del Renacimiento -incluyendo Da Vinci-.
Por parte de su abuela paterna estarían emparentadas con Lisa Gherardini del Giocondo, esposa de Francesco del Giocondo, un empresario de la época que era amigo directo del padre de Leonardo.
Son muchos datos, nombres y relaciones con personajes históricos, pero para Natalia e Irina, el tema es bastante simple: Francesco le pidió al hijo de su amigo que pintara un retrato de su esposa y el resultado fue uno de los cuadros más famosos del mundo.