El último mensaje que Diana Quer (en la foto tomada de Twitter) envió por whatsapp la noche del 22 de agosto de 2016 fue "Me estoy acojonando (asustando). Un gitano me estaba llamando". Eran las 2:43 de la madrugada.
La joven, entonces de 18 años, regresaba a su lugar de residencia en A Pobra do Caramiñal, en Galicia, tras ir de fiesta en el pueblo donde pasaba las vacaciones. Después de eso, Diana no llegó a dormir, y hasta esta mañana su familia todavía la buscaba.
El enigma empezó a resolverse hace dos días, cuando la Guardia Civil detuvo a un hombre de 41 años llamado José Enrique Abuín Gey, apodado "El Chicle", quien fue el principal sospechoso de la desaparición de la joven madrileña hasta que el caso se cerró temporalmente en abril por falta de avances, según información compartida por el diario español El País.
Su detención se debió a un intento de robo y secuestro a otra joven, la noche de Navidad, a la que intentó meter en el maletero de un auto. Hace doce años, la hermana de su esposa lo había denunciado por violación, pero debido a que no ratificó la acusación, "El Chicle" fue absuelto. Dos años después entró a la cárcel por pertenecer a una red de narcotraficantes, donde pasó otros dos años. Desde su detención, la policía contaba con 72 horas para retenerlo y descifrar si había tenido participación en el enigmático caso de la desaparición de Diana, que movilizó a toda España. Luego de algunas horas, Abuín confesó.
Diana López-Pinel, madre de Diana Quer, asegura que habló por última vez con su hija a las 1:21 de la madrugada para preguntarle si necesitaba que la fuera a buscar. La joven le contestó que no hacía falta y que regresaría pronto, pero a la mañana siguiente su madre no la encontró.
La búsqueda comenzó al día siguiente, el 23 de agosto de 2016. Inicialmente, la familia pensó que podía tratarse de un secuestro o una fuga voluntaria. Su hermana, Valeria, usó las redes sociales para pedirle que volviera a casa. "Ni siquiera sé si vas a leer esto. No sabemos nada. Nos tienes en ascuas. No imaginas lo que nos gustaría que escribieses un mensaje a alguien, da igual la manera. Un 'soy Diana, estoy bien'. Eso nos bastaría, sería suficiente para calmarnos a tanta gente que te quiere", decía en su mensaje.
Pero se filtró que Diana no llevaba su documento de identidad ni sus tarjetas bancarias al momento de la desaparición, lo que echó por tierra la tesis de una escapada voluntaria. Como la familia tampoco recibió peticiones a cambio de su regreso, también perdió fuerza la teoría del secuestro.
El 27 de octubre, un mariscador encontró bajo un puente en Boiro un iPhone 6 de color blanco, que pertenecía a Diana y que coincidía con la ubicación donde se captó la última actividad del aparato. A través de él, la joven envió mensajes afirmando que se sentía asustada porque "un gitano" la estaba llamando con frases como "Morena, ven aquí". El teléfono se desbloqueó meses después, en julio de 2017, lo que sirvió para reconstruir los últimos pasos de la joven. En el momento, se consideraba que se trató de un acto planificado por terceras personas en un terreno conocido.
Hasta el 19 de abril de 2017, el caso estaba bajo secreto y la información se conocía a través de filtraciones. Pero ese día, el juez instructor Félix Isaac Alonso levantó el secreto y acordó archivar provisionalmente la causa por "no existir indicios suficientes para dirigir el procedimiento frente a una persona determinada".
Para ese día, los agentes de la Guardia Civil habían recolectado cerca de 200 testimonios, revisado 40 cámaras de seguridad y examinado millones de señales telefónicas, para centrarse en 80 usuarios que siguieron el mismo camino revelado por el teléfono de Diana entre las 3:00 y las 5:00 de la madrugada, según reveló El País. Nada había dado resultados.
Tras su detención el 29 de diciembre por un intento de secuestro, Abuín confesó que había dado muerte a Diana debido a un "atropello accidental", tras lo cual habría lanzando el cadáver al mar. La información era sostenida por el testimonio de su esposa, quien afirmaba que ambos habían salido la noche de la desaparición a robar bencina. Después, la mujer se desdijo y aseguró que no se encontraba junto a "El Chicle" esa noche.
Tras las contradicciones advertidas por la policía, Abuín confesó que vio a Diana caminando sola por la calle y que intentó violarla, pero que la joven se resistió fuertemente y, tras la reacción, la estranguló. De acuerdo a su testimonio, el hombre negó haber abusado sexualmente de ella. Después de la confesión, Abuín señaló el lugar donde había dejado el cadáver, 500 días atrás: el pozo de una nave industrial, un edificio donde se producen o almacenan bienes industriales, que se encontraba abandonada en Rianxo, el municipio donde vive.
A las 5:00 de la mañana de este domingo 31 de diciembre, la Guardia Civil localizó el cadáver de Diana en el lugar indicado por Abuín. Aunque se realizarán análisis de ADN al cuerpo, los investigadores están seguros de que se trata de la joven madrileña. Actualmente, el cuerpo se encuentra en el Instituto Forense Gallego, en Santiago de Compostela, hacia donde se dirige su padre, Juan Carlos Quer, para encargarse de la situación.
A pesar del tiempo transcurrido desde la muerte de la joven, los investigadores revelaron que se encontraba "en bastante buen estado" y que eso les ha permitido confirmar que se trata, "sin género de dudas", del cuerpo de Diana Quer.