El papa Francisco ha vuelto a sufrir un ataque de ciática, tras el que le impidió celebrar la misa de Año Nuevo, y no podrá oficiar la misa de mañana, domingo, y ha tenido que posponer el encuentro con el cuerpo diplomático del lunes.
El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó este sábado de esta recaída del pontífice aunque está previsto que este domingo presida el Ángelus desde la biblioteca del Palacio Apostólico.
Sin embargo, Francisco no oficiará la misa de la Palabra de Dios de mañana ni las vísperas para la conclusión de la semana de oración para la unidad de los cristianos en la basílica romana de San Pablo Extramuros. En la primera le sustituirá el arzobispo italiano Rino Fisichella y en la segunda el cardenal suizo Kurt Koch.
El encuentro con el cuerpo diplomático ante la Santa Sede del lunes ha quedado pospuesto a una fecha aun sin decidir.
Esta es la segunda vez en menos de un mes que el pontífice, de 84 años de edad, se ve obligado a modificar su agenda a causa de la ciática, después de la que le impidió celebrar la última misa del 2020 y la del Año Nuevo.
Poco antes de Navidad, dos cardenales que forman parte del círculo cercano al Papa, un polaco y un italiano, contrajeron covid-19, volviendo a plantear dudas sobre la protección del Papa, que rara vez usa máscara.
Durante el primer confinamiento en Italia, Francisco estuvo aislado en su biblioteca los domingos para la oración del Ángelus, pero luego apareció con frecuencia aunque brevemente en una ventana para saludar hacia una plaza de San Pedro casi vacía.
Ante el coronavirus, el Papa es considerado una persona en riesgo, teniendo en cuenta que a los 21 años, en 1957, Jorge Bergoglio sufrió una pleuresía aguda y los cirujanos tuvieron que extirpar parcialmente su pulmón derecho, según detalló su biógrafo Austen Ivereigh.
“Encontrar a las personas”
Por otro lado, el Papa pidió este sábado a los periodistas que salgan a la calle, hablen con las personas y acudan al lugar donde se producen las noticias, en lugar de quedarse en las redacciones, tras una pantalla.
“La crisis del sector editorial puede llevar a una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en los terminales de las agencias, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle, sin desgastar las suelas de los zapatos, sin encontrar a las personas para buscar historias”, dijo el papa en un mensaje difundido por el Vaticano con motivo de la Jornada mundial de las comunicaciones sociales que se va a celebrar el próximo 16 de mayo.
Refiriéndose a los Evangelios, donde Jesús dice a sus primeros discípulos “Vengan y lo verán”, el papa consideró que “el periodismo, como relato de la realidad, requiere la capacidad de ir allá donde nadie va”. Es “una curiosidad, una apertura, una pasión. Gracias a la valentía y al compromiso de tantos profesionales (...) hoy conocemos, por ejemplo (...) innumerables abusos e injusticias contra los pobres y (....) muchas guerras olvidadas se han contado”, dijo Francisco.
Según el Papa, “numerosas realidades del planeta, más aún en este tiempo de pandemia, dirigen al mundo de la comunicación la invitación a ‘ir y ver’”.
Francisco, que también ha instado al clero en muchas ocasiones a salir de su burbuja e ir a las calles, ha tenido que renunciar a todos sus desplazamientos desde el inicio de la pandemia y tiene por ahora en su agenda un viaje a Irak en marzo.
En su mensaje, Francisco también alertó de los peligros de la desinformación.
“Se han vuelto evidentes para todos también los riesgos de una comunicación social carente de controles. Hemos descubierto, ya desde hace tiempo, cómo las noticias y las imágenes son fáciles de manipular”, instando a informadores y al público a una “mayor capacidad de discernimiento