La violencia en México vivió uno de sus puntos más álgidos este fin de semana. El sábado se registraron 52 muertos en el estado fronterizo de Chihuahua, mientras que el domingo se sumaron 7 sicarios en Baja California y otros 11 fallecidos en Guerrero.
Entre el jueves y viernes sólo en Chihuahua 30 personas murieron y otras 7 resultaron heridas de bala, informó la fiscalía. En tanto, una persona más falleció este sábado como resultado de sus graves lesiones.
A ello se sumó un enfrentamiento armado entre sicarios y elementos de la Marina Armada, que dejó la noche del sábado 7 muertos en San José del Cabo (Baja California Sur, noroeste).
Según las primeras investigaciones, los marinos realizaban un patrullaje cuando divisaron dos camionetas en las que viajaban siete hombres “con chalecos tácticos y armas largas” tipo fusil AK-47, indicó la fiscalía en un comunicado.
Ambos vehículos se dieron a la fuga en una carretera que lleva a la turística Cabo San Lucas, “iniciándose la persecución” a lo largo de la cual hubo varias balaceras.
La madrugada del domingo la situación continuó con dos enfrentamientos en el estado mexicano de Guerrero (suroeste) entre civiles, un grupo comunitario de autodefensa y policías locales, que también dejaron 11 muertos y 30 detenidos, informaron las autoridades.
En la zona rural de Acapulco, perteneciente a Guerrero, un grupo de milicianos que se oponen al proyecto de la presa La Parota perpetró la madrugada de este domingo un ataque armado contra habitantes del poblado La Concepción, durante la celebración de una fiesta.
Así, en 2017 los asesinatos en Chihuahua llegaron a 2.004, de los cuales 764 ocurrieron en Juárez, según cifras oficiales.
En Ciudad Juárez, el 80% de los homicidios “están vinculados al trasiego (de drogas rumbo a Estados Unidos), posesión de armas y delincuencia armada”, una cifra que se eleva hasta el 83% en la capital del estado, informó el gobernador.
El controvertido despliegue militar antidrogas que el gobierno lanzó a las calles en 2006 ha dejado en México más de 196.000 muertos y 30.000 desaparecidos, según cifras oficiales que no precisan cuántas de estas víctimas se relacionan con el crimen organizado.