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Extraditado desde Bolivia tras casi 40 años de fuga, volvió a Italia el famoso terrorista Cesare Battisti

El más famoso y polémico terrorista italiano, Cesare Battisti, condenado a cadena perpetua por 4 homicidios, volvió este lunes a su país tras ser capturado el sábado último en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
 
Militante del comunismo violento, Battisti (64) estuvo huyendo casi 4 décadas y había llegado a tierra boliviana tras fugarse de Brasil, donde vivió 11 años. Lo apresaron en una operación policial conjunta entre agentes de ambos países más colegas italianos, y el presidente Evo Morales decidió expulsarlo.

En el aeropuerto romano de Ciampino, en medio de extraordinarias medidas de seguridad, el avión especial Falcon 900 del gobierno italiano aterrizó poco antes del mediodía local.

Entre otros lo esperaba, vestido con ropa de la policía, el ministro del Interior y viceprimer ministro Matteo Salvini, el hombre fuerte del gobierno populista.
 
Salvini, que no se encontró personalmente con Battisti, escribió en Twitter que se sentía “orgulloso y conmovido” porque finalmente se hacía justicia con “el asesino comunista”. El domingo dijo que esperaba que el terrorista pasara “largos años en la cárcel”.
 
El fiscal general de Milán, Roberto Alfonso, dijo que Battisti fue llevado desde el aeropuerto a la cárcel romana de Rebibbia, donde cumplirá 6 meses de aislamiento diurno de 6 horas.

Las investigaciones ahora se concentrarán en las redes de protección de las que gozaba el extremista italiano, que nunca se disoció de sus actividades terroristas ni se declaró arrepentido, según destacan los magistrados.
Los brasileños habían pedido a Morales la extradición, pero el mandatario se negó y prefirió entregarlo a los italianos.

Cesare Battisti fue un protagonista en los llamados “años de plomo” en los que la acción del terrorismo de izquierda y de derecha causaron un tendal de muertos y tensiones altísimas en la sociedad italiana, que logró mantener pese a todo el régimen democrático.

Fue líder de los Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un grupo guerrillero que produjo atentados, numerosos asaltos a bancos, supermercados y privados y varios homicidios.

Sentenciado a 12 años, en 1981 huyó de la cárcel de Frosinone y se refugió en México. En Italia fue condenado además por 4 asesinatos (2 policías, 1 joyero y 1 carnicero) que cometió personalmente o en concurso entre 1977 y 1979 y por numerosos asaltos en banda armada para financiar las actividades terroristas.

La huida a Bolivia terminó jugándole en contra a Battisti, porque en ese país existe la condena a cadena perpetua. En cambio en Brasil, donde residía, la máxima condena es a 30 años de cárcel.
 
Durante los 37 años que pasó fuera del país Battisti se convirtió en un personaje especial.

Muchos intelectuales de izquierda lo defendieron como un militante “perseguido por sus ideas”.

Su exilio en París le procuró una red de protección gracias a gente como el filósofo Bernard-Henri Lévy y los escritores Daniel Pennac y Tahar ben Jelloun. Incluso el colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, fue uno de los 1.300 firmantes de un petitorio al gobierno francés para rechazara su extradición a Italia.

Su caso provocó una tormenta de polémicas por la llamada “doctrina Mitterrand” (en alusión al presidente socialista François Mitterrand): sostenía la protección de los exiliados acusados de delitos como el terrorismo si no habían causado muertes y existía contra ellos una voluntad persecutoria.
Battisti se declaró siempre inocente.

Fuera de Italia el terrorista se casó y tuvo 2 hijos, escribió una docena de libros y se integró al mundo de los intelectuales galos.

Pero el viento cambió cuando el poder pasó a la centroderecha. Tenía la naturalización como francés, pero le negaron la ciudadanía.

Así se fugó a Brasil, donde en 2007 fue encarcelado durante 3 años, hasta que el presidente izquierdista Lula da Silva decidió acogerlo como perseguido.
 
La lucha jurídica de Italia continuó. El Supremo Tribunal brasileño dijo que debía concederse la extradición pero recién en 2016, tras la destitución de la sucesora de Lula, Dilma Rousseff, le fue revocada la residencia a instancias del flamante mandatario Michel Temer.

Al año siguiente lo arrestaron cuando intentaba irse a Bolivia y quedó bajo control en su domicilio.

En 2018 ganó las elecciones el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien en campaña había prometido extraditar al terrorista italiano.

Battisti volvió a huir a Bolivia, lo capturaron el sábado en Santa Cruz de la Sierra y ahora, por fin, está en Italia otra vez.