Un policía murió y otro resultó herido este viernes después de que una persona los atropellara delante del Capitolio de Estados Unidos, antes de salir del coche cuchillo en mano y ser abatido, tres meses después de la toma perpetrada por seguidores del exmandatario Donald Trump.
Por el momento las autoridades no consideran lo ocurrido como un acto relacionado con el “terrorismo”
Según explicó esta tarde la policía, el atacante embistió su vehículo contra una barrera de seguridad junto al Capitolio, salió del vehículo con un cuchillo en la mano y corrió a atacar a los dos agentes.
“Con gran tristeza anunciamos que uno de los agentes ha sucumbido a sus heridas”, anunció Yogananda Pittman, jefa interina de la Policía del Capitolio, en rueda de prensa para comentar lo sucedido.
Pittman explicó que el atacante -que fue más tarde identificado por medios locales como Noah Green, de 25 años- fue disparado por los agentes tras salir del vehículo y esgrimir un cuchillo de manera “agresiva” contra ellos. Murió poco después en un hospital de Washington.
Las autoridades han afirmado que la amenaza de seguridad ya ha concluido y que el suceso “parece” no tener relación con un acto terrorista.
Justo después de la una de la tarde, la Policía del Capitolio enviaba un mensaje a las oficinas de los congresistas en el que alertaba de “una amenaza de seguridad externa” y señalaba que las instalaciones quedaban clausuradas.
Inmediatamente, se produjo un enorme despliegue policial y de seguridad en los aledaños del Capitolio, en el centro de la capital estadounidense.
El Congreso se encuentra en receso por las vacaciones de Semana Santa por lo que los legisladores y senadores no se encuentran en su interior, y las instalaciones estaban prácticamente vacías.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, dejó la Casa Blanca para pasar el fin de semana en la residencia de descanso de Camp David, a las afueras de Washington.
¿Qué dijo Biden?
“A Jill y a mí se nos rompió el corazón al enterarnos del violento ataque en un puesto de control de seguridad en el recinto del Capitolio de Estados Unidos, que mató al oficial William Evans de la Policía del Capitolio de Estados Unidos, y dejó a un compañero luchando por su vida”, señaló Biden en un comunicado.
El gobernante, quien se trasladó a Camp David, el tradicional retiro oficial de los mandatarios en las montañas de Maryland, para pasar el fin de semana, envió su pésame a la familia del agente fallecido y “a todos los que lloran su pérdida”.
“Sabemos lo difícil que ha sido este momento para el Capitolio, para todos los que trabajan allí y para los que lo protegen”, agregó Biden, cuya ceremonia de posesión, el pasado de 20 de enero, transcurrió bajo un estricto operativo de seguridad después de que el día 6 de ese mes grupos afines al expresidente Donald Trump asaltaran el Capitolio.
Sobre lo ocurrido este viernes, Biden aseguró que ha estado recibiendo “informes continuos” y expresó su gratitud a la Policía del Capitolio, a la Fuerza de Respuesta Inmediata de la Guardia Nacional y a los otros que respondieron rápidamente a los hechos.
“Mientras lloramos la pérdida de otro valiente agente de la Policía del Capitolio, he ordenado que las banderas de la Casa Blanca se bajen a media asta”, anunció.