La Reina Isabel II es la única persona en el Reino Unido que no necesita licencia de conducir para manejar por calles y avenidas públicas de su nación. No obstante, la monarca, de 92 años de edad, decidió que ya no volverá a ponerse detrás del volante.

La medida, adoptada a regañadientes y siguiendo los consejos de su equipo de seguridad, busca evitar situaciones como las que debió enfrentar su marido, el duque de Edimburgo, el 17 de enero pasado cuando se vio involucrado en un aparatoso accidente vial en el condado de Norfolk donde dos mujeres resultaron lesionadas de consideración.

Según revela el periodo The Sunday Time, la decisión adoptada por la Reina Isabel II no fue fácil si se considera el gusto que tiene por la velocidad y los vehículos. De ahí que no era extraño verla manejando sus autos por autopistas y avenidas.

Pese a ello, su cuerpo de seguridad la convenció de evitar en lo posible esta práctica por vías públicas para no repetir lo vivido por Felipe de Mountbatten. Luego de este accidente, Isabel II fue vista conduciendo su Range Rover por una carretera pública en Sandringham, en el este del Reino Unido, sin abrocharse el cinturón de seguridad.

 Aunque hasta ahora la reina no ha protagonizado ningún percance de tránsito dando prueba de su habilidad tras el volante, lo cierto es que ha decidido dejar de realizar estar práctica que le ha dejado más de una anécdota.

Una de ellas la reveló Sir Sherard Cowper-Coles en sus memorias. El otrora embajador británico en Arabia Saudí contó que tras un almuerzo en 1998, Su Majestad preguntó al príncipe Abdullah si quería dar una vuelta en coche.

El Príncipe se sorprendió mucho cuando la Reina se puso al volante porque no estaba acostumbrado pero más se sorprendió aún por la velocidad a la que conducía la monarca, hasta el punto de que tuvo que pedirle que fuera más despacio y se concentrara en la carretera.