Lisbet Palme, viuda del primer ministro sueco Olof Palme, (en las fotos) asesinado hace 32 años, ha muerto a los 87 años, informó su familia.
El gobernante sueco fue asesinado en el centro de Estocolmo el 28 de febrero de 1986, a los 59 años, cuando regresaba del cine, sin escolta con su esposa, que resultó herida en la espalda en el atentado.
Fue ella la que identificó dos años después a un delincuente, Christer Pettersson, como el autor de los disparos.
Petterson, fallecido en 2004, fue condenado a cadena perpetua en 1989, pero absuelto meses después en segunda instancia, en un caso convulso lleno de errores desde el inicio y escándalos que provocaron dimisiones en la cúpula policial y de una ministra.
El asesinato de Palme, figura política de relevancia mundial, fue un trauma para la sociedad sueca, un caso sin resolver, en el que se ha señalado como posibles asesinos, aparte de a Petterson, a la extrema derecha nacional, a la propia policía sueca, a los servicios secretos sudafricanos, la DINA chilena y al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
A pesar de las irregularidades detectadas en el proceso de identificación del supuesto asesino -un fiscal le contó antes que tenía aspecto de alcohólico-, Lisbet Palme siempre aseguró que estaba segura de que Pettersson era el autor de los disparos.
La policía sueca mantiene en activo a una unidad especial, el "grupo Palme", que sigue trabajando en la que es considerada la mayor investigación mundial de un caso de asesinato.
Psicóloga infantil de formación, Lisbet Palme estuvo casada con Olof desde 1956 hasta su asesinato, y fue presidenta de la sección sueca de UNICEF. Ella se preocupó especialmente de los niños que llegaron con los miles de exiliados chilenos a ese país.
Les dio protección y apoyo a sus padres y a los propios pequeños chilenos que llegaron con sus padres o familiares, ya que sus progenitores habían sido asesinados por la dictadura de Pinochet.
El primer ministro Stefan Löfven (S) recuerda a Lisbeth Palme como "una defensora comprometida con el derecho del niño".
"Tuve muchas conversaciones agradables con Lisbeth Palme, la mayoría de las veces en Gotland y en relación con el discurso en Almedalen. Ella era una fiel oyente, ya que Olof Palme dio su primer discurso allí hace cincuenta años, dice, continuando:
El Primer Ministro dice que la mejor manera de honrar la memoria de Lisbeth Palme es continuar luchando por los niños.
Su gran defensa de los derechos humanos en Chile
Pero si existe un ser humano en quien se podría personificar la ayuda recibida a miles de perseguidos por la dictadura de Pinochet en sus momentos más sangrientos de los torturadores y criminales, es el de Olof Palme, que además apoyó de forma decidida al Gobierno del Presidente Salvador Allende.
Palme visitó Chile en marzo de 1969, como ministro de Educación para inaugurar el observatorio astronómico La Silla. En esa ocasión se entrevistó con personalidades como el canciller Gabriel Valdés y el poeta Pablo Neruda.
En ese mismo año, en octubre, fue elegido Primer Ministro y en su gestión las relaciones chileno-suecas pasaron por su mejor momento, tanto es que los fondos recibidos de la Agencia Sueca para el Desarrollo subieron de un millón y medio de coronas en 1971 a 40 millones de coronas por un acuerdo de cooperación cultural y técnica firmado en agosto de 1973, que no se llegó a concretar por la irrupción del golpe militar.
Palme contó en ese momento con la participación heroica del ex embajador Harald Edelstam, quien salvó muchas vidas, inclusive rescatando a prisioneros en los centros de detención, motivo que le valió ser declarado persona non grata por el dictador, en diciembre de 1973. Edelstam tiene dos películas sobre su apoyo a los perseguidos por la dictadura.
Olof Palme, con su permanente denuncia en la ONU y en todas las instancias internacionales, de los atropellos de los derechos humanos ocurridos en Chile, fue considerado enemigo público número uno de quienes ocupaban el poder en ese momento. En este sentido, Anders Leopold, investigador privado del asesinato de Palme, aseveró que cuando lo mataron, dos asesinos profesionales de la DINA se encontraban en Estocolmo, lo cual no deja de ser sospechoso.
El legado de Olof Palme y nuestro país, lo constatamos en que su política de solidaridad con Chile hace de Suecia el tercer país de inmigración, después de Argentina y Estados Unidos; se calcula que unos 43 mil compatriotas viven hasta ahora en ese país.