Medios de comunicación en China fueron los encargados de confirmar la muerte de Liang Wudong, médico de 62 años de Wuhan quien murió luego de tratar a pacientes infectados con el coronavirus.
Wudong era especialista en Otorrinolaringología en el hospital de Wuhan, y fue denominado cómo "primera línea" ya que fue el primero en comenzar a tratar a los contagiados con la enfermedad.
Es más, este médico se había retirado de la profesión el año pasado, pero a raíz del brote de la enfermedad volvió a ejercer porque sus conocimientos con respecto a los tratamientos necesarios para enfrentar la enfermedad eran bastos.
Fue el medio China Global Televisión quien confirmó la información, enfatizando que el profesional de la salud falleció luego de tratar a los pacientes enfermos de coronavirus quienes llegaban de urgencia al hospital local.
Recordemos que el virus ya ha matado a un total de 45 personas y hasta ahora ya existirían más de 1.300 infectados por la enfermedad, generando que el Gobierno de China ponga en cuarentena a más de 12 ciudades alrededor del país, lo que engloba un total de 33 millones de habitantes.
Es más, informaciones recientes surgidas desde el hospital de Wuhan, lugar donde hasta ahora se concentra la mayor cantidad de infectados, el personal médico se ha visto sobrepasado por la cantidad de personas contagiadas con la enfermedad, generando que algunos deban usar pañales porque no tiene tiempo ni siquiera para ir al baño.
Un grupo de investigadores locales ha planteado la hipótesis de que la enfermedad surgió desde los murciélagos hacia las serpientes, y de estas se traspasó hasta los humanos, ya que en China este reptil es consumido en altas cantidades.
Entre otros países donde se han registrado casos se encuentran los siguientes: Tailandia, Japón, Taiwán, Corea del Sur, Vietnam, Singapur, Nepal, Francia, Australia, Malasia y los Estados Unidos.
Finalmente, una información surgida desde Estados Unidos señala que, otro médico del hospital de Wuhan llamado Jiang Jijun, falleció el pasado jueves tras un ataque cardíaco generado por el exceso de trabajo mientras trataba de salvar a los pacientes enfermos.