El Parlamento británico aprobó este jueves encargar al Gobierno que solicite a la UE una prórroga del Brexit, fijada oficialmente para el próximo 29 de marzo.
La moción obtuvo 412 votos a favor y 202 en contra.
El resultado estaba cantado: la oposición laborista, los nacionalistas escoceses del SNP y un puñado de conservadores habían expresado ya su voluntad de ganar tiempo.
La moción no es legalmente vinculante, pero políticamente impone un mandato a Theresa May que difícilmente podrá esquivar. Y, sobre todo, afecta de modo diferente a las estrategias de cada una de las facciones de esta batalla.
Previamente, la Cámara rechazó una enmienda a favor de la celebración de un nuevo referéndum sobre el Brexit. Impulsada por los diputados del recién creado The Independent Group —un grupo parlamentario con ocho exlaboristas y tres exconservadores— el texto fue rechazado por un amplio margen: 334 votos en contra y 85 a favor.