Las abejas enfrentan cada vez mayores dificultades para encontrar alimento en Estados Unidos, de acuerdo con un nuevo estudio federal.
Las Grandes Planicies del Norte, en las Dakotas, y zonas vecinas constituyen la región más importante para la apicultura comercial porque más de un millón de colonias pasan el verano ahí dándose un banquete de polen y néctar de flores silvestres y otras plantas.
Sin embargo, de 2006 a 2016, más de la mitad de las tierras protegidas a poco menos de kilómetro y medio (una milla) de las colonias se han destinado a uso agrícola, principalmente a cultivos como soya y maíz, dijo el principal autor del estudio, Clint Otto, del Servicio Geológico de Estados Unidos. Estos cultivos no brindan alimento a las abejas.
Desde hace más de una década, las poblaciones de abejas y otros insectos polinizadores han disminuido en Estados Unidos. Expertos externos señalan que el estudio ha puesto de relieve otro problema que afecta la salud de las abejas.
Esta zona, a la que Otto llamó el "último refugio de las abejas en Estados Unidos", perdió unos 1.630 kilómetros cuadrados de hábitat primordial para ellas, según el estudio difundido el lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Y las abejas que tienen problemas para encontrar alimento tienen menos posibilidades de sobrevivir durante el invierno, afirmó Otto. Quizá no tengan hambre, pero tampoco están saludables, señaló.
John Miller, apicultor comercial desde hace 49 años en Dakota del Norte, dijo que las Dakotas y Minnesota fueron alguna vez el último mejor lugar para las abejas.
"Ahora son el menos peor", agregó.
Miller, cuyo bisabuelo emprendió el negocio en 1894, ha sido testigo del descenso en la producción de miel, de 54,4 kilogramos por colmena hace 30 años a 22,68 kilogramos en la actualidad. Sin embargo, el precio se ha quintuplicado y los apicultores como Miller también obtienen ingresos por llevar sus abejas en camiones a California para que polinicen cultivos locales, principalmente almendros.
El gobierno federal paga a los agricultores para que mantengan agrestes partes de sus tierras, lo que beneficia a las abejas que encuentran alimento en pastizales, flores y maleza, señaló Otto. Sin embargo, el programa de conservación limita la superficie de tierra que el gobierno pagaría y durante el auge del etanol, los agricultores advirtieron que podrían ganar más con el maíz y la soya.
"Los apicultores comerciales tienen problemas para encontrar lugares a donde llevar sus abejas cuando los insectos no están en un cultivo que requiera polinización", dijo en un correo electrónico la investigadora de abejas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Diana Cox-Foster, que no participó en el estudio.
Más de un tercio de las colonias comerciales en Estados Unidos pasan el verano en las Grandes Planicies del Norte. La zona al este de las Dakotas está demasiado urbanizada y el clima hacia el oeste es demasiado seco, dijo Otto.
Las abejas son polinizadoras cruciales para más del 90% de los cultivos que contienen flores en el país, como manzanas, nueces, aguacates, brócoli, duraznos, arándanos y cerezas.
"Sin abejas", declaró Otto, "nuestro plato de comida tiene menos variedad".