Corea del Norte acusó este domingo a Estados Unidos de "provocarle" con su política de mantener las sanciones sobre el régimen y las "amenazas militares", y advirtió que estas medidas no contribuirán a su desnuclearización ni a la paz en la región.
Pyongyang lanzó estas críticas contra Washington a través de un portavoz de su ministerio de Exteriores, en un momento en que ambos países prepararan la celebración de una cumbre entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, para tratar la desnuclearización del Norte.
El vocero acusa a EE.UU. de "manipular la opinión pública" al afirmar que la voluntad de desnuclearizarse expresada por Pyongyang en la Declaración de Panmunjom "es el resultado de la presión y las sanciones", según sus declaraciones recogidas por la agencia estatal KCNA.
Pyongyang aludió así a la declaración conjunta firmada por los líderes del Norte y del Sur en la cumbre celebrada el pasado 27 de abril en la frontera intercoreana, un encuentro previo a la esperada reunión entre Kim y Trump, prevista para finales de mayo o principios de junio.
"EEUU afirma que no relajará sus sanciones y su presión hasta que la RPDC (República Popular Democrática de Corea) abandone completamente su armamento nuclear, y también actúa para agravar la situación en la península desplegando activos estratégicos y con su intención de emplear el tema de los derechos humanos contra la RPDC", señala el portavoz.
Añade que todo esto supone "una provocación deliberada" contra Pyongyang "en un momento en que la península coreana se mueve hacia la paz y la reconciliación gracias a la histórica cumbre Norte-Sur".
El portavoz subraya que EE.UU."no debería malinterpretar como debilidad" la voluntad pacifista expresada por Pyongyang, y advierte que "no sería propicio" continuar con su "presión y amenazas militares".
En la Declaración de Panmunjom, Norte y Sur acordaron trabajar para lograr la "completa desnuclearización" de la península y se comprometieron a lograr la firma de un tratado multilateral que ponga fin al estado de guerra técnico en la región tras la Guerra de Corea (1950-1953).
Se espera que estos asuntos sean también los puntos centrales de la cumbre entre Kim y Trump, que supondrá el primer encuentro de la historia entre mandatarios de Pyongyang y Washington y que tendrá lugar en una fecha y un escenario aún por determinar.