Decenas de miles de personas aclamaron este jueves al Papa Francisco en su primer recorrido por las calles de Lima, rumbo a la sede de la Nunciatura Apostólica, donde descansará antes de partir mañana hacia la Amazonía peruana.
La comitiva papal, que arribó la tarde de hoy procedente de Chile, fue recibida por una multitud que ocupó todas las avenidas y calles que recorrió desde el aeropuerto internacional de Lima hasta la avenida Brasil, en el distrito costero de Magdalena del Mar.
En ese lugar, Francisco dejó el vehículo oficial y abordó por primera vez el papamóvil, en el que estuvo acompañado por el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.
A lo largo de las avenidas, decenas de miles de personas con globos amarillos y blancos aclamaron al pontífice, mientras eran contenidas por agentes de la Policía Nacional desplegados para evitar que se produzca algún incidente.
El papa fue esperado en la sede de la Nunciatura, en el barrio limeño de Santa Beatriz, por miles de personas, en su mayoría jóvenes que forman parte de la llamada "Guardia Papal", conformada para orar, cantar y vigilar la seguridad del pontífice mientras permanezca en la ciudad.
Al llegar al lugar, y ver a la multitud que lo esperaba, el papa decidió que el papamovil haga un breve recorrido para bendecir a los feligreses, entre los que destacaban muchísimos jóvenes y gran cantidad de religiosas.
"Esta es la juventud del papa", cantaban los jóvenes ante el paso de Francisco, quien saludó a algunos de ellos, siempre vigilado muy de cerca por su guardia personal y agentes de la Seguridad del Estado de Perú.
Antes de ingresar a la Nunciatura, Francisco rompió el protocolo para saludar a grupos de religiosas y pidió un micrófono para agradecer a la multitud por haber llegado hasta el lugar.
"Gracias de corazón", indicó antes de impartir la bendición y rezar un Ave María. "Recen por mí, no se olviden", pidió a los feligreses .
Francisco llegó hoy a Perú, en una visita oficial y apostólica de tres días que lo llevará a la ciudad amazónica de Puerto Maldonado, a la norteña Trujillo y a Lima, donde el domingo celebrará una misa de cierre ante más de un millón de personas.