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Trump inicia este jueves su primera visita oficial a Reino Unido en medio de tensiones

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa Melania iniciarán este jueves su primera visita oficial al Reino Unido, en un ambiente de tensiones con el gobierno británico y una gran oposición de la población.

En un comunicado previo a la llegada, la primera ministra británica, Theresa May, ha subrayado que "no habrá en los próximos años una relación más importante" que la bilateral entre estos dos países, y destacó "la oportunidad de profundizarla" estos días.

"Podremos empezar las conversaciones sobre cómo forjaremos una asociación comercial fortalecida, ambiciosa y a prueba de futuro" para después del "brexit" -salida británica de la Unión Europea (UE)-, afirmó.

Sin embargo, Trump llega al Reino Unido en un momento de debilidad del gobierno británico, golpeado por la dimisión de dos ministros por discrepancias sobre la estrategia del "brexit", y con una gran oposición de los ciudadanos, que han programado numerosas protestas.

A pesar de las diferencias en asuntos globales como el cambio climático, los aranceles comerciales o el acuerdo nuclear con Irán, May tratará de llegar a un consenso con Trump sobre la seguridad común y la futura relación comercial, según Downing Street.

Como punto destacado de la agenda política, May y Trump tratarán esos y otros temas en una reunión bilateral mañana viernes en la residencia oficial campestre de la primera ministra en Chequers, a unos 65 kilómetros de Londres.

También el viernes, en un evento de la llamada "diplomacia suave", los Trump serán recibidos por la reina Isabel II para tomar el té en el castillo de Windsor, a unos 40 kilómetros de la capital.

Los principales actos se realizan fuera de Londres para evitar en lo posible las numerosas protestas programadas en contra del líder republicano, que empezarán esta misma noche, cuando se aloje con Melania en la residencia del embajador de EEUU en la ciudad.

El sábado y el domingo los Trump estarán en Escocia, en un tramo de la visita que se considera privado y en el que se prevé que el presidente vaya a jugar al golf en uno de sus clubes, pero que también estará plagado de protestas tanto en Glasgow como en Edimburgo.