Es terrible tratar de contabilizar el nefasto y criminal balance de destrucción que deja la narco tiranía genocida para Venezuela en este año 2018 que termina, cientos de miles de muertos por desnutrición y falta de medicinas, otros miles de asesinatos, secuestros, extorciones, persecución, hambre y miseria, así como la huida de gran parte de su población, representan un dantesco cuadro desolador para nuestro amado país.
Con una inflación que supera el millón por ciento al cierre de este año y con un panorama más oscuro para el próximo 2019, este balance da cuenta de la total destrucción económica, política, social, cultural e institucional de un país que en otros tiempos estuvo en vías de desarrollo y sirvió como ejemplo de estabilidad democrática para la región y gran parte del mundo civilizado.
La llegada al poder hace 20 años de la peor escoria humana que ha parido la tierra, acompañada del tutelaje y la dirección del putrefacto narco comunismo cubano con su miserable ideología de la muerte, hicieron que uno de los países más ricos del mundo, cayeran en mano de una banda criminal sin ningún tipo de escrúpulo, que está dispuesta a eliminar a quien sea y como sea, con tal de mantener el poder de una nación en ruinas, producto del saqueo y la corrupción sistemática producida por propios y extranjeros invasores cubanos, rusos, chinos, iraníes, terroristas islámicos, de las FARC y el ELN y cuanto criminal maligno de la peor calaña existe en el mundo.
Con un fenómeno migratorio inédito en el continente, más del 15 % del total de la población de Venezuela ha tenido que emigrar en este 2018 por razones forzadas de supervivencia, cifra que va continuar en aumento en los próximos meses y va causar grandes colapsos en las estructuras de servicios del resto de países del continente, generando graves problemas humanitarios en esas naciones; sino se deciden de una vez por apoyar una intervención militar internacional humanitaria que libere a Venezuela, expulse a los invasores y someta a la justicia a los criminales de lesa humanidad que gobiernan, para así poder comenzar con la reconstrucción y frenar este fenómeno migratorio.
El mundo civilizado no puede esperar de brazos cruzados mientras ven como se desmorona totalmente una nación, de la cual siempre recibieron apoyo y solidaridad en los momentos más difíciles de su historia, ya que de nada sirve que la humanidad haya avanzado hacia una institucionalidad internacional, que no hace más que declaraciones, en momentos cuando todo un país es secuestrado, invadido y saqueado, en un sistemático genocidio contra una población civil desarmada, que ha sido sometida y esclavizada por la fuerza de las armas de un Estado forajido. S.O.S.