Una haka como muestra de furia y para gritar no pasarán.
El partido Maorí de Nueva Zelanda, Te Pāti Māori, interrumpió con el tradicional baile, que incluye gritos, gestos amenazantes, agitación de manos o golpes en el pecho y en el suelo, una votación en el parlamento neozelandés para aprobar una controvertida ley que cambiaría las relaciones entre las autoridades y la minoría maorí, que conforma el 20 % de la población neozelandesa, de más de 5 millones de habitantes.
El proyecto, que más tarde pasó su primera lectura, propone alterar la forma en que se interpreta el tratado del país entre los indígenas maoríes y la corona británica, lo que menoscabaría los derechos del pueblo maorí.
La votación sobre el proyecto de ley se suspendió cuando los partidos de oposición y las personas en la galería pública se unieron al haka, liderado por la diputada Hana-Rawhiti Maipi-Clarke, quien además rompió una copia del escrito.
El proyecto de ley ha levantado críticas por desafiar los principios esbozados en el documento fundacional de Nueva Zelanda, el Tratado de Waitangi, firmado en 1840 entre la corona británica y más de 500 jefes maoríes.
Según informó el periódico neozelandés NZ Herald, Hana-Rawhiti Maipi-Clarke fue suspendida.
En tanto, miles de personas han participado en una marcha de nueve días hacia Wellington, la capital de Nueva Zelanda, en rechazo al proyecto de ley.