Tolerancia cero a los celulares, tablets y relojes inteligentes en todo momento en las escuelas. Eso implementó el gobierno francés a partir del lunes, justo cuando los escolares regresaron de sus vacaciones de verano. Francia se convirtió así en uno de los primeros países que, por ley, prohíbe el uso de teléfonos móviles en los establecimientos educacionales.
La nueva normativa francesa impide que los alumnos de la enseñanza primaria y parte de la secundaria usen sus celulares al interior de los colegios. Eso sí, la ley no aplica para los estudiantes de más de 15 años, y cada establecimiento superior podrá decretar sus propias normativas para esos alumnos.
La ley es una de las promesas de campaña del Presidente Emmanuel Macron, que pasó a encarnar el ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer, y que terminó por ser promulgada el 3 de agosto, tras haber sido aprobada por el Senado y la Asamblea Nacional. La norma comenzó a ser debatida a principios de este año, con el fin de que estuviera vigente y en marcha para el inicio de este año escolar 2018-2019.
La norma prohíbe el uso del teléfono, y no su posesión, por lo que los estudiantes podrán ingresar a los colegios con el móvil apagado y guardado, o bien pueden dejarlo en casilleros provistos para este propósito. La creación de casilleros es una posibilidad que recomienda la norma, pero no será obligatorio y dependerá de cada establecimiento decretar las estrategias para evitar que los alumnos porten un celular en clases. Esta prohibición tiene validez durante el horario escolar y extracurricular, y también es efectivo durante todas las actividades escolares organizadas fuera de los colegios.
“El uso del teléfono móvil puede afectar seriamente la calidad de escucha y la concentración requerida para las actividades de enseñanza. Además, su uso en los recintos de las instituciones disminuye la calidad de la vida colectiva, que es esencial para el desarrollo de los estudiantes”, manifiesta un escrito del Ministerio de Educación francés.