Oh I'm just counting

A 30 años del plebiscito del 5 de octubre de 1988. Por Ricardo Hormazábal S. Abogado

La cercanía del 5 de octubre ya provoca algunas reacciones que deben ser observadas con una evaluación lo más objetiva posible. Los hechos primero, luego las opiniones sobre ellos.
 
I.- HECHOS:
 
1.-El próximo 5 de octubre se cumplen 30 años desde el día en que, premunidos de un lápiz, los chilenos les hicieron la cruz a los intentos de continuidad del tirano, superando todas las trabas y el miedo generado por la fuerte represión y control de la información que existía entonces.
 
2.- El plebiscito era parte del armado institucional de la dictadura para perpetuarse en el poder.   Pinochet aceptó un plan para dividir en dos sus afanes de dictador vitalicio, que se expresó en el texto de la Constitución espuria impuesta al país en 1980.  8 años regidos por las normas más drásticas concebidas para una supuesta transición de 8 años y otras igualmente dictatoriales, pero con remedos de participación ciudadana
 
3.- El desafío armado en contra de la dictadura planteado por el PC y el Mir, incluyendo el atentado en contra del dictador, había fracasado estrepitosamente, fortaleciendo incluso el poder del dictador y debilitando la movilización social pacífica.
 
4.- En los primeros meses de 1988 la DC llegó a un gran acuerdo interno para optar por la participación activa en el plebiscito, invitando a los otros partidos de oposición para movilizarse convocando a los chilenos a inscribirse en los Registros Electorales para votar por el NO. 
 
5.- El PC objetó el camino plebiscitario de ir a votar NO y la consiguiente inscripción electoral por ser parte del modelo dictatorial, según se lee en la página 311 del libro de Memorias del ex Secretario General de ese partido, Luis Corvalán Lepe, “De lo vivido y lo peleado”.
 
6.- Poco antes del plebiscito, el PC cambió de posición en atención a la masiva participación ciudadana en el proceso de inscripción y a las demandas de sus propias bases extrañadas que su partido se marginara de un proceso tan relevante. Ver ejemplo dado por Luis Corvalán en el libro citado, página 314.
En todo caso, varios de sus voceros insistían en que había que preparar un levantamiento popular para defender el resultado, lo que sólo favorecía al tirano. Ver información Diario El País de España, del 23 de septiembre de 1988, titulada: El PC chileno llama a un "levantamiento" tras el plebiscito.
 
7.- Patricio Aylwin lo refutó en esa misma crónica afirmando que "impulsar la violencia, en cualquier hipótesis, es llevar al pueblo al matadero". Aylwin anunció, además, la creación de una coalición de centro, formada por seis partidos, "para ofrecer una alternativa de Gobierno para, Chile" después del eventual triunfo del no. "Estamos de acuerdo para designar, en el momento oportuno, un candidato común a la presidencia de la República", dijo Aylwin.
 
8.- El plebiscito se realizó en la forma establecida en la Constitución, aunque con garantía logradas por la presión social e internacional que permitieron acceder a la Televisión, a disponer de apoderados en las mesas, que no fueron encarcelados o expulsados como ocurrió en la farsa de 1980.
 
9.- Pinochet intentó desconocer los resultados, pero la oposición organizada logró defender con argumentos el triunfo, obteniendo un oportuno y gran respaldo internacional, así como algunos valiosos gestos de civiles de derecha y algunos altos jefes de otras ramas de las Fuerzas Armadas, como los generales Matthei y Stange.  Para no facilitar los planes de Pinochet, esa noche no fue de celebración masiva callejera. La alegría se desbordó en los barrios de todo el país, ya que postergamos por algunos días actos masivos pacíficos, que fueron grandiosos por su masividad y la responsabilidad de los asistentes.  No debemos olvidar, que las fuerzas políticas que promovían acciones violentas se abstuvieron de actuar.
 
10.- Las palabras de Patricio Aylwin se cumplieron y apoyado en un amplio espectro de fuerzas políticas, incluido el PC, obtuvo un mayoritario y activo respaldo popular, por lo que le correspondió a él encabezar el primer gobierno democrático que guiaría una transición exitosa.
Hay constancia, eso sí, de que un votante del NO apoyó después al candidato de Pinochet, incluso asumiendo como Generalísimo de Hernán Büchi, candidato de los sectores dictatoriales: Su nombre: Sebastián Piñera Echeñique.
 
II.- OPINIONES PERSONALES
 
1.- El 5 de octubre debería ser feriado nacional ya que ambas partes reconocieron, una con más dificultades que la otras, por supuesto
 
2.- Los actos de celebración debieran incluir a todos los que llamaron a votar por el NO, aprovechando de enseñar cómo superar errores y lograr sentidos anhelos populares. De nuevo se necesitan políticos que con la madurez y seriedad de Luis Corvalán reconozcan que la decisión excluyente del PC no fue acertada.  “Nuestro razonamiento parecía impecable”, página 312, para agregar en la 313” Pero los hechos demostraron que estábamos en un profundo error” La gente venció las dificultades y se inscribió masivamente. Quería terminar con la dictadura y pensaba que, para ello, el voto era un arma que podía usar con éxito. Nosotros, escribe Luis Corvalán, “No creíamos en ello”
 
3.- Considerando el éxito logrado entonces por partidos que fueron tan frontalmente rivales y el masivo apoyo ciudadano que lograron convocar, las actuales elites políticas, civiles, religiosas y uniformadas deberían asumir su responsabilidad y cambiar sus prácticas, modelos y actitudes, que, luego de 30 años, tienen al país tan indignado como cuando derrotamos al tirano, aunque con la añorada libertad vigente y algunos avances innegables.
 
 Estos actos no deberían ser sólo para recordar el pasado, sino que debieran revitalizar el deseo de cambiar la situación injusta, con métodos pacíficos y con una gradualidad consciente de la urgencia.  Los chilenos necesitamos que nuestros líderes nos entreguen buenos ejemplos de probidad, de seriedad y capacidad de diálogo.
 
 No es imprescindible ahora una alianza para ocupar cargos, se necesitan acuerdos para impulsar, con la mayoría que se tiene en el Congreso, políticas que permitan corregir las propuestas de fortalecimiento del sistema injusto.  También proteger a los trabajadores honestos a los cuales, miembros del gobierno, parlamentarios y dirigentes políticos oficialistas despiden ya o amenazan hacerlo masivamente a partir de noviembre.
 
El derecho al trabajo es un derecho humano básico. Normas que dieron un poco más de protección a los trabajadores públicos fueron votadas a favor por la derecha, la que ahora las niega descaradamente. La cooperación democrática es un camino de dos vías. Ambas partes deben respetar normas básicas y actuar de buena fe.
 
Es vital que los líderes se motiven por recuperar la confianza ciudadana con acciones concretas, se comprometan pronto para eliminar la marginación ciudadana que es real, que no cambiará con elecciones de Gobernadores, ya que la autoridad seguirá alejada de la gente, profundizando el Chile feudal y afectando la necesidad de un Chile solidario, participativo y unitario.
 
 No pueden seguir los líderes políticos con oídos sordos y cerrando los ojos ante los abusos de las AFP, las ISAPRES, la Banca, los grupos económicos, la corrupción generalizada y la ofensiva mantención de una desigualdad que nos tiene como líderes mundiales en un aspecto tan negativo.
Cambiar es posible, necesario y urgente.  Hay que escuchar a las personas que sufren.

 Hoy como ayer, hay reservas morales en todos lados. ¿Quién dará el primer paso?