Oh I'm just counting

A 86 años de su nacimiento el mundo de la música y Derechos Humanos recuerda a Víctor Jara asesinado por la dictadura

En un día como hoy de 1932, nació en el pueblo de San Ignacio (Ñuble) Víctor Jara, uno de los principales referentes de la música chilena. De no haber sido asesinado por las fuerzas represivas de la dictadura militar el 16 de septiembre de 1973, este viernes habría cumplido 86 años.

De origen campesino, hijo de un inquilino y una cantora popular, llamada Amanda Martínez, el músico, cantautor, poeta, director de teatro y profesor chileno llegaría a convertirse en un testimonio vivo de la creación artística popular, se lee en cooperativa.cl.

Luego de deambular por Chillán Viejo y Lonquén, en 1944 llegó a Santiago junto a su familia. En 1953 se incorporó al coro de la Universidad de Chile, momento en que inició formalmente su incursión en la música.

Tuvo una fructífera carrera como solista y compositor. Su discografía es una de las más ricas e interesantes de su tiempo.

Ejerció como director artístico del grupo Quilapayún entre 1966 y 1969, y hasta 1970 actuó como solista en la Peña de los Parra. En 1966 grabó su primer LP como solista, Víctor Jara, editado por la empresa discográfica Arena. Con la filial chilena de Emi-Odeón grabó el año siguiente Canciones folclóricas de América, junto con Quilapayún.

En 1969 obtuvo el triunfo en el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, con su composición "Plegaria a un labrador", que interpretó acompañado del conjunto Quilapayún. Se transformó, así, en uno de los principales símbolos de este movimiento musical.

Desde 1970 asumió un fuerte compromiso político participando activamente en la campañas electorales de la Unidad Popular y en el gobierno de Salvador Allende.

El 11 de septiembre de 1973, cuando acudió a cumplir sus labores a la Universidad Técnica del Estado (UTE, actual Universidad de Santiago), fue tomado prisionero por tropas del Ejército de Chile junto a otros profesores y alumnos.

Jara fue brutalmente torturado en el Estadio Chile, donde permaneció cuatro días, y asesinado. Con el retorno de la democracia, el recinto fue bautizado con su nombre.

Durante su internamiento en el Estadio Chile escribió su último poema y testimonio «Somos cinco mil», también conocido como "Estadio Chile": 

Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!

En 1990, la Comisión de Verdad y Reconciliación determinó que Jara fue acribillado con 44 disparos el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile y que fue arrojado a unos matorrales en los alrededores del Cementerio Metropolitano, ubicado a orillas de la Ruta 5 Sur. Luego fue llevado a la fosa común, donde le asignaron las siglas NN, y donde más tarde sería identificado por su esposa, Joan Turner.

Sus restos descansan en el Cementerio General.