Cerca de $35 mil millones es el presupuesto anual de la Municipalidad de Recoleta. De esos recursos, $150 millones van a tres proyectos ícono del alcalde de la comuna, Daniel Jadue: farmacia, óptica y librería popular. “Lo que nosotros hacemos es pagar los costos operacionales como inversión en cultura o en salud, atendiendo que uno de los objetivos que hemos abrazado como municipalidad es hacer inversiones en mejoramiento en la calidad de vida de todos nuestros habitantes”, explica el edil a Pulso.
¿Cuánto es lo que gastan en cada una de las iniciativas?
-En términos netos, el costo operacional de las farmacias son cerca de $56 millones al año, el de la óptica algo similar y el de la librería es un poco menos. En total, los tres están por debajo de $150 millones anuales, lo que equivale a seis calles más pavimentadas en la comuna cada año.
¿Se priorizó estos proyectos frente a otros que podrían haberse hecho con estas mismas platas?
-Lo que nosotros siempre conversamos con los vecinos es que en una comuna con pocos recursos como esta, no somos Las Condes ni Providencia, uno tiene que elegir. La farmacia podría significar los costos operacionales de dos calles más pavimentadas al año, y uno pone sobre la balanza, seis calles más en tres años o 25 mil personas atendiéndose y comprándose un medicamento a precio justo, y es claro qué escoger.
El año pasado recibió críticas de un arquitecto que dijo que Recoleta tenía serios problemas de deterioro urbano.
-Alguien que visita cuatro manzanas de la calle y saca conclusiones, ni siquiera merece el respeto necesario para poder preocuparnos de contestar.
Cuando llegó al municipio se encontró con un déficit de $5 mil millones, ¿cómo están los números ahora?
-Hemos rebajado el déficit estructural en cerca de 25%, a pesar de que hemos hecho mucho más. No tenemos objetivo ordenarle las finanzas a la UDI, a mí no me eligieron para no hacer nada en inversión. Por lo tanto, hemos ido bajando la deuda y el déficit estructural, pero en un porcentaje que sea equilibrado y de acuerdo a nuestras posibilidades con las prioridades que la gente nos da.
¿Y cuál es la meta?
-Esperamos terminar de cerrar el déficit durante nuestra tercera gestión, porque terminamos de pagar este edificio, una cuota de $1.000 millones anuales, que nos van a dar una holgura y una tranquilidad, porque lo hicieron, además, con un leaseback tremendamente caro, UF+6,9% de interés que a cualquiera le llamaría la atención, sobre todo en el minuto en que se hizo.
¿Ha costado sacar adelante el proyecto de Inmobiliaria Popular?
-Sí, porque tiene una serie de plazos y permisos que son variables que nosotros no manejamos.
¿Cuántos edificios quisiera dejar funcionando?
-Esperamos a partir de 2020 construir un edificio al año, cerca de 40 departamentos al año.
¿Es factible?
-Claro que sí. Nosotros seguimos aumentando los recursos por ingresos propios y efectuando racionalidad y responsabilidad fiscal todos los años. Hemos logrado bajar una deuda que nos dejó la UDI en un marco donde hacemos farmacia popular, óptica popular, inmobiliaria popular, librería popular, universidad abierta que se inicia el próximo mes, y esto se hace sin romper ni quebrar la municipalidad como otros municipios. Tenemos un déficit que es bastante habitual para los gobiernos pobres, si tuviéramos un solo año el per cápita que tiene la Municipalidad de Las Condes, no tendríamos déficit y podríamos pavimentar las calles en un solo año.
¿Recoleta tiene las espaldas financieras para hacer un edificio por año con fondos propios?
-Cuando terminemos de pagar este edificio podríamos tenerlo si lo llegamos a priorizar, porque son $1.000 millones anuales y ese proyecto cuesta $1.500 millones, por lo tanto el diferencial, que son $500 millones, es del orden de la inversión municipal propia de todos los años.
¿Cuál será la siguiente iniciativa popular?
-Eso no se puede revelar. Uno tiene que mirar bien el tipo de mercado que quiere intervenir y nosotros hemos intervenido mercados que o funcionan mal o sencillamente no operan en la comuna.
¿Y qué otros mercados están funcionando mal que todavía no han intervenido?
-En nuestro país, muchos. El de bencina, el de la energía, hay muchos.
Me refiero a uno donde la municipalidad sí pueda intervenir.
-La municipalidad puede entrar en casi todos. Nuestro marco jurídico, que muchos dijeron durante mucho tiempo que no permitía hacer nada, permite bastante más de lo que algunos quisieran. El tema es que hay que saber generar el diseño de un proyecto de innovación que apuesta a resolver problemas sociales.
Ordenó por segunda vez demoler el edificio en Bellavista, ¿por qué?
-Todos los estudios dicen que construyeron un edificio fuera de norma y las autoridades estamos para hacer cumplir la ley. Ellos no han querido reconocer que forman parte de un megacaso de corrupción en donde hay alguien que ya está condenado, que confiesa un caso de cohecho o de intento de cohecho, que tiene ligazón con ese proyecto. Además, hoy los permisos están caducos, la ley lo dice, no lo digo yo, lo dice la Corte, por lo tanto lo que digan poco me importa. Además, sienta un precedente bastante importante o sino vamos a seguir teniendo inmobiliarias que acá, en Valparaíso, en Chiloé, sienten que porque tienen plata pueden destruir barrios.
¿Se vienen cambios en el plan regulador?
-Postulamos a un fondo y se nos asignaron recursos para hacer un nuevo plan regulador común.
¿En qué están pensando?
-Proteger nuestros barrios, densificar los corredores de locomoción colectiva, de tal modo de poder ocupar de mejor manera el suelo de la comuna y eliminar todo problema interpretativo que tiene este plan regulador muy mal hecho. Bajar alturas en algunos lugares y subir altura en otros. Ahora estamos esperando que se termine el proceso de firma de convenio, que nos pasen los fondos para poder licitar.