Por Mario López M.
Grabaciones provenientes del carro policial que iba inmediatamente detrás del que participó en el crimen de Camilo Catrillanca, demuestran que al menos un policía portaba cámara y que jamás hubo enfrentamiento.
Se trata del imputado ex sargento, Raúl Ávila (en la foto) que sí portaba la cámara que grabó los hechos y se concertó con los otros imputados para negar su existencia y para luego reconocerlo, pero asegurar que eliminó la tarjeta de memoria y la desechó en un baño tras cortarla con una tijera.
La fiscalía y los querellantes particulares demostraron además que los policías se concertaron para mentir y ocultar y luego destruir información.
Los hechos dados a conocer hoy en la audiencia son mucho más graves de lo que se pensaba.