La Fiscalía Regional de Coquimbo continúa indagando un caso que ha encendido las alertas en el escenario político chileno.

Alberto Larraín, siquiatra y exdirector ejecutivo de la Fundación Procultura, declaró como imputado entre el 5 y el 7 de marzo pasado, en el marco de una investigación por presuntas transferencias estatales desviadas hacia campañas políticas.

Durante su comparecencia ante el fiscal Ricardo Soto, Alberto Larraín reconoció haber realizado aportes personales a campañas políticas, entre ellas a la de su pareja el sociólogo Sebastián Balbontín, quien compitió por la alcaldía de Limache en 2024 bajo el respaldo del Frente Amplio.

Según el testimonio de Larraín, el dinero fue canalizado a través de amigos cercanos, con el fin de evitar conflictos de interés.

“No tengo detalles del monto aportado, y lo hice a través de terceras personas, amigos, para no tener problemas en mi caso”, indicó ante los fiscales.

Entre esos terceros figuran Francisco Fuentes —ligado a la fundación por medio de la empresa Agencia Turismo Patrimonial— y Luis Delgado.