El excapellán de La Moneda Percival Cowley se refirió a la principal polémica durante la visita del papa Francisco a Chile referida a la presencia del obispo Juan Barros en todas las misas, quien además fue defendido por el pontífice acusando que solo hay "calumnias contra él".
A juicio del sacerdote de los Sagrados Corazones, que en su momento fue el primero que acogió a los denunciantes de Karadima, opinó que Barros cree que está haciendo lo correcto.
"Las actitudes de Juan Barros corresponden a una pedagogía de Karadima y tengo la convicción personal de que Juan Barros cree que con lo que está haciendo se está santificando, que es lo que Dios le pide, y por lo tanto él está firme ahí en lo que está en esta creencia", señaló.
Respecto a la defensa que hizo Francisco del obispo de Osorno, Cowley sostuvo que "calificar de calumnias las cosas que han dicho respecto de la presencia de Barros (en los abusos) y de las cosas que vio junto con otros es muy grave, porque la calumnia no es solamente un delito civil, es un pecado muy serio".
Asimismo, el sacerdote consideró que el papa se equivocó al nombrar a Barros como obispo de Osorno. "El papa se equivocó al nombrar a Juan Barros como obispo de Osorno. Él venía saliendo de su condición de obispo castrense, por lo que he escuchado, certeza no tengo de esto, es que dejó de ser obispo castrense por quejas de algunas de las instituciones de uniformados", resaltó.
Cowley también aludió a la carta que se conoció la semana pasada en la que el papa ofrecía dar un año sabático a Barros, señalando que "si él (Barros) dejó de ser obispo castrense y está esta famosa carta dirigida a los miembros del Comité Permanente (de la Iglesia chilena) en que habla de la posibilidad de un año sabático para Juan Barros, algo está ocurriendo, uno no puede ser tan ingenuo".
Si bien el religioso valoró la reunión privada del papa con las víctimas de abusos, calificándola como "notable", de todos modos fue crítico por no haberse disculpado por haber tratado de "tontos" a la comunidad de Osorno.
"Lo mínimo que habría sido de esperar es que el papa hubiese pedido disculpas por los 'tontos' y 'zurdos', que también es una insolencia, porque a lo mejor los de Osorno se pueden equivocar, como todos podemos equivocarnos, pero no se ve porqué haya que tratarlos de esa manera", remató.