La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 28,1%, con un aumento de 14,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 24,5% y en las mujeres en 32,7%.
Los ocupados totales tuvieron una disminución de 16,5%, incidida tanto por las mujeres (-19,8%) como por los hombres (-14,1%). Por su parte, los ocupados ausentes, que representan el 15,4% del total de ocupados, aumentaron 149,8%, equivalente a 689.278 personas. Los trabajadores acogidos a la Ley de Protección al Empleo se encuentran en esta categoría.
La reducción de los ocupados fue influida por comercio (-19,4%), alojamiento y servicios de comida (-42,4%) y construcción (-23,1%), sectores fuertemente impactados por la contingencia nacional que ha impedido el normal desarrollo de las actividades económicas. En tanto que por categoría ocupacional, los mayores retrocesos se observaron en los trabajadores por cuenta propia (-29,5%) y los asalariados formales (-8,4%).
La tasa de ocupación informal se situó en 23,5%, con un retroceso de 3,9 pp. en doce meses.
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados descendió 27,0%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas decreció 12,5%, llegando a 33,6 horas.
A nivel regional, se destaca la Región Metropolitana, en donde la tasa de desocupación del trimestre marzo-mayo de 2020 fue 11,9%, expandiéndose 4,5 pp. en doce meses. El alza del indicador fue influida por el retroceso de la fuerza de trabajo (-10,6%), vinculada a la contracción de 15,0% de los ocupados. En tanto, los desocupados aumentaron 43,6%, impulsados por los cesantes.