Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Debemos generar herramientas contra el crimen y la inseguridad, en una clara unidad política y social

Con una campaña electoral que ya partió de cara al 27 de octubre, la oposición está generando un fuerte asedio mediático al gobierno por el control de la agenda pública.

Vivimos una semana donde el gran empresariado (CPC) y las derechas asediaron y presionaron a la administración Boric con el discurso de que “el país va en mal camino”, que la economía sigue estancada como en 2023 donde solo creció 0,2%, que hay “inmovilismo” y donde reiteraron el rechazo empresarial a la reforma tributaria y a la de pensiones.

Nada nuevo bajo el sol en un discurso empresarial que se repite en estos 34 años de democracia. Aunque el Ministro de Hacienda ha girado su propuesta e incluso llegó a un acuerdo en marzo pasado para tener una batería de iniciativas pro-crecimiento como rebajar la tasa impositiva de las empresas a 25%, crear un Fondo de créditos tributarios para proyectos intensivos en generación de empleos; pero CPC no lo reconoce, no lo valora e insiste en su relato del “inmovilismo”; incluso no es capaz de valorar que este primer trimestre se tienen datos económicos azules de mayor crecimiento que consolidan proyección de que economía crecerá en rango 2% a 3% en el 2024.

Pero como buen actor político que es el mundo empresarial solo busca asediar y presionar con su relato pesimista en un período en que diversos actores de la política piden acuerdos transversales para consolidar la recuperación de la economía.

El discurso en ENADE del gobierno sorprendió a la audiencia empresarial planteando desafíos económicos comunes como duplicar producción de litio, aumentar producción de cobre, señaló que sería “una farra inaceptable” desaprovechar las oportunidades de recuperación económica y llamó a empresariado a “trabajar en conjunto”.

Esto genero una buena reacción de SOFOFA, aunque subsistirán las tensiones porque el empresariado ha vuelto a dar un portazo a la reforma de pensiones que según encuesta conocida este domingo es estimada “urgente y necesaria” por 65% de la ciudadanía en #PulsoCiudadano.

Pero post ENADE el ataque criminal a tres Carabineros en Cañete ha significado un fuerte remezón a la opinión pública producto del alto nivel de horror del triple asesinato en la víspera del 97º aniversario de esa institución policial.

Es una demostración que el crimen organizado No ha sido derrotado ni en la Araucanía ni en el Bíobio, como se traslucía del relato estadístico de la autoridad que destacaba un transitorio descenso de la actividad delictiva en la zona.

Este triste y condenable episodio ya se llevó “la doctrina Tohá” sobre que una autoridad pública debe dimitir si es formalizado, cuestión que el gobierno había planteado ante el caso del general director de Carabineros Yañez que tendría una audiencia de formalización en próximas semanas.

Una institución del Estado que recibe un ataque de esa magnitud debe ser reforzada en momentos de crisis generado por un ataque externo y despiadado; pero también se requiere que la clase política actúe con unidad y transversalidad para enfrentar los ataques de estas bandas criminales que quieren instalar el miedo y la inseguridad en nuestro orden social.

Hoy es la hora de construir política de Estado contra los criminales y sus actos de barbarie, no es la hora de las amnistías como propone la ultraderecha; es la hora en que se “requiere legitimar y empoderar a la justicia para que actúe sin interferencias políticas”, como sostuvo acertadamente un columnista dominical.

La urgencia es la agenda de seguridad, es tener una buena ley de Inteligencia moderna que de herramientas a las policías para actuar con mayor eficiencia a la mostrada hasta ahora. Lo que necesitamos -y esta crisis lo prueba nuevamente- es mejorar nuestros procedimientos de investigación, desarrollar la inteligencia policial, generar capacidades para desarmar grupos que están bien organizados.   También se requiere ya tener un Ministerio de Seguridad que se dedique 100% a esta tarea y también definir las modalidades de resguardo de las FFAA, en especial del Ejército, en materia de Infraestructura Crítica como ocurre en los países europeos de la OCDE.

Esa agenda de seguridad con esos temas prioritarios, es más importante que la reforma política que tanto tiempo han dedicado los partidos.

Chile espera que avancemos de verdad en generar herramientas para combatir al Crimen Organizado, esperamos que la clase política esté a la altura y no predominen las mezquindades y pequeñeces de la lucha política diaria.