La participación ciudadana de sólo 1.409.000 electores este domingo en las primarias presidenciales del oficialismo abrieron un escenario de dudas y cuestionamientos sobre la real competitividad de la candidata electa -Jeannette Jara- ya que en las primarias anteriores la participación ciudadana superó 1.750.000 electores en 2021 y en 2013 llegó a 2.112.000 electores.

Las primarias empiezan a ser cuestionadas en su electividad por esta baja participación ciudadana que vimos este domingo y pareciera que la elección decisiva terminará siendo la primera vuelta de noviembre, con voto obligatorio.

Esta baja participación es explicada por el alto nivel de rechazo que en las encuestas tiene el gobierno -que supera el 61%-, con ese nivel de rechazo sus rostros y su relato no convocan a mayorías y genera este escenario de que participa solo un 9% del electorado habilitado.

Es un fracaso de la administración Boric que se refleja además, en el pésimo resultado de su candidato oficial (Gonzalo Winter) en estas primarias, que solo obtuvo apenas 122.000 votos, muy lejos del 1,0 millón de  votos que obtuvo Boric en la primaria 2021; es un fuerte desfonde del Frente Amplio que incluso no pudieron sacar provecho de sus alcaldes estrellas en Maipú donde Winter obtuvo solo 11%, en Viña del Mar donde solo sacó 10% de la votación, en Valparaíso sólo sacó 8,5% de los votos o sea fue una derrota en toda la línea del Frente Amplio y de sus alcaldes estrellas como Vodanovic y Ripamonti.

La votación de Jara (820.000 votos) es sólo 125.000 votos superior a la obtenida por Daniel Jadue en 2021 quién logró 693.000 votos, o sea el 84% de la votación de Jara viene de un electorado comunista fiel que ha estado en “las duras y maduras” con ese sector; pero eso es completamente absolutamente insuficiente para ganar una elección presidencial.

No es suficiente la simpatía y la empatía, se requiere un acuerdo programático en que se haga carga de los temas de seguridad, combate a la migración ilegal, la necesidad de generar incentivos al crecimiento económico y a la productividad y una política internacional alineada con la promoción de la democracia y los Derechos Humanos y la condena a las dictaduras; eso complicará el crecimiento electoral de una candidatura que no le es suficiente los 1,4 millones de participantes en las primarias de ayer.

Requerirá un acuerdo programático democrático y un acuerdo parlamentario que vaya más allá de la coalición de la primaria; requerirá construir un movimiento que represente mayorías que le permita pasar a segunda vuelta y tener una presencia relevante en el próximo Parlamento.

¿Jara tendrá capacidad para construir ese acuerdo programático y acuerdo parlamentario para mejorar su alicaída competitividad?. Es una de las incógnitas que se abren en el escenario político hasta el 18 de agosto, plazo fatal para inscribir las listas parlamentarias.

Habrá que conocer la reacción del mundo socialdemócrata, el gran derrotado en esta jornada, ya que finalmente fue incapaz de despegarse y mostrar autonomía de un gobierno que fracasó ante la ciudadanía, que sólo es apoyado por una franja del 26% al 30% que ha terminado borrando toda opción reformista y democrática. La candidatura Tohá en estas semanas decidió no movilizar a los decepcionados por la mala gestión gubernamental y prefirió encerrarse en el mundo gobiernista que prefirió apoyar el carisma de Jara que la consistencia política de Tohá.

Probablemente -producto de la baja participación ciudadana- surja alguna figura política socialdemócrata que se atreva a inscribirse en la papeleta presidencial como independiente que sea alternativa a Jara y su dependencia del PC. Si Jara quiere evitar eso deberá hacer concesiones programáticas y parlamentarias muy fuertes buscando que su opción sea socialdemócrata y amplia y no comunista, lo que parece difícil de ser aceptado por su dirección partidaria.

Hoy hay más preguntas que ayer, porque el escenario político se complejizó por la baja participación ciudadana, el fracaso gubernamental y el triunfo de una candidata comunista que claramente tiene un techo en la adhesión electoral.  

De aquí al 18 de agosto el escenario político estará muy movido ya que la primaria con tan baja participación solo abrió nuevas incógnitas políticas.