Oh I'm just counting

Editorial Cambio21: Una segunda vuelta incierta y abierta

La carrera presidencial en la segunda vuelta está completamente abierta y se definirá en estas cortas 3 semanas de campaña. Es una nueva elección y los candidatos que pasaron a segunda vuelta deben mostrarse flexibles para recoger los planteamientos y aportes de las otras candidaturas de su sector como de los votantes que cada día son más autónomos.
 
Por eso resulta un boomerang el planteamiento del presidente del PC que “no cambiarán la propuesta programática de Apruebo Dignidad”, considerando que es un programa que solo obtuvo 26% de la votación -con buena perfomance electoral en la RM con 31% de la votación, pero con muy baja votación en las regiones del sur del país-.
 
Aunque los temas programáticos -importan a la élite educada principalmente-, si Boric quiere sumar votos de otras candidaturas debe hacer guiños programáticos en materias de responsabilidad fiscal, en diseño de reforma previsional, en materia de ideas pro crecimiento y productividad.
 
En materias programáticas el candidato Kast está en la búsqueda de sumar votos de su espacio de la derecha y ya incorporó economistas más serios que modificarán su liviana propuesta económica y pareciera que también modificarán su propuesta en contra de los derechos de las mujeres que incluía la eliminación del Ministerio de la Mujer. Esta candidatura seguirá jugando a la variable orden-seguridad como clave de su propuesta, en especial en el mundo popular y en las regiones donde mostró un importante apoyo en la primera vuelta.
 
Para la candidatura Boric es clave dar señales de flexibilidad programática, pero eso no es suficiente. Debe impulsar un trabajo en las regiones, no puede seguir siendo visto como una candidatura de la élite santiaguina de Ñuñoa, Peñalolén, La Reina, Maipú donde sacó una votación superior al 30% en primera vuelta, pero que se olvida de las regiones donde en la zona sur del país obtuvo magros desempeños electorales como Maule con 19,5% de la votación, Ñuble con 16,6% de la votación, Bío Bío con 19,2% de la votación, Araucanía 16,6% de la votación por citar ejemplos de desempeños electorales que deben ser revertidos.
 
También la candidatura Boric debiera dar un giro generacional, no puede seguir siendo circunscrita a menores de 40 años educadas, a las redes sociales y con un discurso autoreferente y excluyente como “la generación dorada”, donde obtuvo un 35% de la votación en esos electores.  Con frialdad debe asumir que en los mayores de 40 años sacó cerca del 20% de los votos y no debe seguir con la política del ninguneo del liderazgo y de la votación de la ex Concertación. En ese segmento de la población la candidata de la centroizquierda obtuvo el 18% de la votación y a ese electorado hay que construirle puentes con guiños programáticos, integrando alcaldes y concejales a la campaña y dejar atrás los ataques políticos a “los 30 años”.
 
Otra debilidad es en las comunas de mayor pobreza multidimensional donde Boric solo gano en 2 comunas, es una candidatura de votación de élite joven, educada y de clase media, donde “los de abajo” no se sienten representados. Esos “de abajo” en su gran mayoría no fueron a votar y los que votaron, lo hicieron por Parisi y Kast principalmente, especialmente en el norte y sur del país.
 
Hay que entender a esa mayoría que emergió. Como dice un influyente analista social “es una ciudadanía compleja, contradictoria, profundamente segmentada y fragmentada en sus preferencias. Es una ciudadanía quebrada en sus lógicas de acción colectiva, individualista, desorganizada, desapegada, no militante”.
 
Quién logre movilizar a ese nuevo electorado podrá ganar la segunda vuelta, pero ese Presidente de la República deberá gobernar con un Parlamento empatado, o sea con poca capacidad de maniobrar y de implementar su programa.
 
Se viene una etapa compleja para el país con un Presidente de la República de nuevo en minoría, pero debiera aprenderse del dramático error piñerista de no reconocer su condición de minoría, y como país debiéramos empezar a conversar de una agenda de cambios sociales mínimos que debiera implementase en próximo gobierno para salir de este empate político – institucional en que quedó Chile este 21 de noviembre y que la segunda vuelta no nos puede hacer olvidar.
 
Se viene una compleja etapa para el país, ojalá primen los que quieren construir puentes y diálogos y no los que quieren que sigamos viviendo separados por zanjas.