Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: El complejo escenario para el Gobierno en la última parte del año

Ad portas de un nuevo cambio de gabinete -ya que en octubre deben salir los candidatos a gobernadores regionales y alcaldes- se reinicia la actividad política post fiestas patrias que anticipa mayores complejidades para un gobierno que sólo tiene un 30% de apoyo ciudadano y carece de control de la agenda pública como lo ha revelado el proyecto de reducción de la jornada laboral a 40 horas.
 
A pesar del marketing gubernamental, el estancamiento del 2019 parece irreversible y las proyecciones señalan un magro crecimiento entre 2,2% a 2,4%, pero lo más preocupante para el Gobierno es la situación para 2020 -año de elecciones- no se ve mejor producto de una agudización del mal escenario externo. Recientemente la OCDE indica que la economía mundial presenta “cada vez más fragilidad e incertidumbre, desciende el crecimiento y aumentan los riesgos de una regresión económica”, donde el dato más complejo es la caída de la proyección de crecimiento de China a sólo 5,7% para 2020 (desde un 6,6% de crecimiento 2018), lo que impacta en nuestra economía tan cobre-dependiente.
 
Claramente “los Tiempos Mejores” no llegaron, el Gobierno no tiene otra respuesta que bajarle los impuestos a los súper ricos, pero ya la experiencia de reforma de Trump revela que las grandes empresas no invierten esa rebaja, el impacto en crecimiento es escaso y sólo queda como fuerza para evitar la regresión una política fiscal activa y responsable -que significará mayor endeudamiento-.
 
Pero esa política fiscal en el caso chileno requiere que no aumente el gasto corriente, especialmente el de personal como ha ocurrido estos 18 meses de administración de Piñera sino que aumente la inversión fiscal en infraestructura, en innovación y ciencias orientado a tener más valor agregado en las exportaciones y eso parece difícil implementar en un gobierno que no cree el rol contraciclico de la política fiscal y que para el 2019 rebajó en 15% el gasto en Innovación -manteniendo la baja inversión pública en apenas 0,35% del PIB cuando en los países desarrollados esta inversión es entre 3% a 4% del PIB-.
 
La administración Piñera y en especial su Ministro de Hacienda carece de esa visión estratégica acerca de las urgentes reformas económicas que -como ya hemos dicho insistentemente en estas editoriales- se requieren para transitar de una economía de los commodities a una economía sofisticada y diversificada.
 
Lamentablemente subsiste en la clase empresarial “la lógica rentista y de corto plazo”, las Universidades –excepto raras excepciones como la Universidad de Concepción- no tiene vínculos activos con sistema productivo regional ni tampoco aparece como “motor” del proceso de innovación productiva y, además, hay un Gobierno que no cree en este rol más activo del Estado generando conversaciones y bienes públicos para ser más desarrollados.
 
Los nuevos liderazgos opositores –con vocación de mayoría social- debieran ser activos promotores de la urgencia de promover una estrategia de desarrollo que nos saque del actual estancamiento y así de verdad empezar a construir esa economía más sofisticada y diversificada.
 
Como la derecha carece de esa visión estratégica seguirá “ensuciando” el debate público, con acusaciones al voleo, seguramente la prensa de derecha hará “revival” de las situaciones ligadas al financiamiento irregular de la política ocurridas el año 2013 -el caso OAS, seguirá en el tapete público-, volveremos a Chilezuela, las situaciones de corrupción transversal y que revelan la fricción y la grieta política que se ha instalado en la sociedad chilena en la última década.
 
La evidencia revela –por ejemplo en el caso de las exportaciones- que el peak como % del comercio a nivel mundial se alcanzó en los años 2006/2007 y que a posteriori se inició una década de estancamiento, que partió con la crisis subprime; por tanto, la debilidad de la actividad exportadora no es reciente –asociado a la guerra arancelaria China-Trump- sino que se prolonga ya por más de 10 años.
 
Insistimos la derecha no percibe el estancamiento y la crisis de los commodities; es la hora que la centroizquierda presente al país un nuevo modelo de desarrollo con valor agregado, amigable con el medio ambiente y basado en un mejor capital humano que sea respaldado por la mayoría ciudadana el 2020 y 2021.