Oh I'm just counting

Editorial de Cambio21: Es urgente avanzar en soluciones políticas y económicas

Las masivas movilizaciones ciudadanas iniciadas el 18 de octubre se caracterizan por demandar un Chile distinto con más equidad social, donde al conjunto de chilenas/os se le garanticen “mínimos sociales” como pensiones dignas, educación pública de calidad y un acceso expedito y digno a la atención primaria y secundaria en la Salud.
 
Las contra-reformas impulsadas por la administración Piñera han terminado siendo rechazadas por la mayoría de la población ya que hoy es un gobierno que tiene un 82% de rechazo social producto de su intento de seguir implementando políticas de mercado donde promueve que se sigan haciendo “negociados” con políticas sociales -que hoy extiende con la mal llamada “sala cuna universal”-.
 
Pareciera que el gobierno no entiende que ese masivo rechazo social se origina en que después de seis semanas de crisis social, por ejemplo en materia de pensiones sólo ha anunciado un incremento de la Pensión Básica Solidaria ($110.000 mensuales) en 50% que se va a realizar gradualmente ahora y culminará en enero de 2021 lo que beneficiará a 590.000 chilenas/os; pero nada ha hecho para mejorar las miserables pensiones ($136.000 las mujeres que son el 60% de las pensionadas y $200.000 los hombres)  que dan las AFP’s y que hoy reciben 1.500.000 chilenos.
 
Es muy preocupante que aún el gobierno siga apoyando un modelo de ahorro individual que sólo produce pensiones miserables y no ponga el acelerador a la introducción de la solidaridad intra e intergeneracional con la nueva cotización previsional lo que permitiría mejoramientos relevantes del nivel de las pensiones actuales.
 
La mayor equidad social que demanda mayoritariamente la sociedad chilena requiere un financiamiento fiscal responsable tanto en el corto plazo como en el largo plazo y ya existe consenso de que es hora de usar los fondos ahorrados para crisis en el FEES y en el Fondo de reserva de Pensiones, pero también se requiere un nuevo sistema tributario que recaude más desde las rentas del capital -en especial desde las grandes empresas- que desde el consumo.
 
Pero también es urgente impulsar una nueva estrategia de desarrollo económico más centrada en nuevas industrias con mayor valor agregado, más innovación y Ciencias, más cooperación pública/privada que permita pasar de una economía extractiva a una economía más diversificada y con más productividad.
 
Ese mensaje hacia el futuro debe ser reforzado transversalmente en estos meses que tendremos números malos en la economía (IMACEC negativos, mayor desempleo) la recuperación económica requerirá mayor inversión pública en infraestructura, vivienda para el 2020 como ya lo delineó el presupuesto fiscal pero también se requieren nuevas relaciones laborales de colaboración, una mejor educación, especialmente a nivel de formación técnica y creatividad de emprendedores. 
 
El debate público no puede sólo centrarse en los temas de orden público, en la urgencia de reformar a las instituciones policiales especialmente Carabineros como también condenar y aislar a los grupos delictuales y vandálicos.
 
La democracia al final se trata de generar las condiciones de mayor desarrollo para la sociedad con resguardar el orden público sin violentar los Derechos Humanos, eso ya lo aprendimos en la lucha contra la dictadura militar que los violaba también abría las puertas al consumo prometiendo “autos y televisores a colores”. En estos años –a lo mejor con una excesiva lentitud- se buscó organizar una sociedad que crecía económicamente pero que no hizo la tarea de distribuir y garantizar mínimos sociales básicos y esta crisis social debe permitir avanzar a pagar las deudas de equidad social que están presentes en esta manifestación social.
 
Con un gobierno con tan bajo apoyo social -10% de apoyo a Piñera según la encuesta CADEM- se requiere que se construyan mayorías políticas y sociales transversales que entiendan y respalden una nueva Constitución, Reformas Sociales financiadas por un sistema tributario progresivo, una nueva estrategia de desarrollo, restablecer el orden público y condenar y aislar los saqueos y actos vandálicos de los grupos delincuenciales y un nítido respeto a los DDHH.
 
Los distintos actores políticos tienen la enorme tarea de avanzar en esos desafíos de futuro y no seguir pegados en las divisiones del pasado. Chile se merece una mejor democracia y más equidad social.