Oh I'm just counting

El fracaso de la operación piñerista. Por Alfredo Peña, periodista y analista

Durante meses Piñera y su equipo, mediante encuestas truchas y el brutal control sobre los medios de comunicación televisivos, diarios, radios, etc, trató de instalar que Chile estaba casi destruido por las reformas de Bachelet y que una importante mayoría social pedía su vuelta al Gobierno.

Para el relato piñerista Chile era un país “estancado producto de las malas reformas bacheletistas”, lo que era reforzado por voces conservadores de la centro izquierda que certificaban este fracaso absoluto y que el triunfo de Piñera en las elecciones era casi un trámite.

Adicionalmente encuestadoras como CADEM, Adimark y CEP decían semanalmente una y trimestralmente la otra, que Piñera tenía un apoyo estable del 45%, que la mayoría ya lo veía de Presidente.

Esa operación se derrumbó este domingo –igual que en octubre del 88’-con un lápiz y un papel de una ciudadanía, especialmente joven y familias de clase media que abandonó la apatía y el abstencionismo  para ir a votar y decir que no quieren nuevamente a Piñera.

 
Casi 7 millones de ciudadanos fueron a votar este domingo. Pero lo más relevante es que en las comunas de clase media y populares donde en octubre del 2016 había habido  baja participación electoral, este domingo hubo una superior participación ciudadana en que se le decía No a Piñera. Este domingo no hubo diferencia significativa sobre participación electoral entre comunas ricas versus comunas clase media y eso es un tremendo éxito de la campaña gubernamental “No te restes, súmate” que apunto a motivar la votación en esas comunas.

Mientras Piñera tuvo un 36,6% de votación a nivel nacional, con un 65% en la comuna de Las Condes en las comunas de Puente Alto, La Pintana y Quilicura no alcanzó el 30% de votos -26,5%,23% y 29,8% respectivamente en esas comunas- y en las clásicas comunas de clase media –donde tiene alcaldes UDI- como Maipú y La Florida sólo obtuvo 30% y 31% de la votación, muy por debajo de su promedio nacional.

 

Un candidato que obtiene un 36,6% en primera vuelta y queda en la pole position; su situación es desmedrada porque la unidad de sus adversarios y competidores de la centroizquierda supera el 55% de la votación.

Como lo hemos advertido, el problema de la centroizquierda es su división y fragmentación que no puede mantenerse de cara a la 2ª vuelta. Ha llegado la hora de reconstruir la unidad de la centroizquierda, en especial porque es posible derrotar a una candidatura que a pesar de toda la operación comunicacional que desarrolló no logró obtener la votación que anticipaban sus encuestas truchas (CEP en octubre dijo que Piñera obtenía 44,4%, Guiller 19,7%, Sanchez caía al 8,5% y Kast sólo obtenía 2,7% lo que estuvo muy distante de la realidad y que reveló que esta encuesta era parte de la operación piñerista).


La ciudadanía con su participación masiva y ejemplar en el proceso electoral ha dado una respuesta categórica al piñerismo y a sus operaciones truchas. No quiere que un personaje como Piñera vuelva a ser Presidente de la República como lo anhelan los directores de empresas y jefes de la bolsa de comercio.
 

Ahora lo que corresponde es la unidad para que el candidato que pasó a segunda vuelta como es Alejandro Guiller gane el 17 de diciembre; no corresponde dilatar los apoyos, ni entrar en negociaciones en “la cocina” –con la calculadora del cuoteo y de la repartija del poder- para respaldar a quien debe derrotar a Piñera.

 
La ciudadanía ahora demanda unidad y lo que corresponde es que los actores políticos actúen con generosidad en función de un bien superior como es evitar que la agenda contrareformista de Piñera acceda al poder. Chile quiere reformas, quiere avanzar hacia un país más solidario, con mejores bienes públicos que hagan más equitativa a nuestra sociedad y los actores políticos deben escuchar ese clamor que surgió de las urnas este domingo.

Llegó la hora de la unidad para derrotar democráticamente a Piñera en segunda  vuelta.