De acuerdo a las expectativas de los empresarios, el mercado laboral seguirá presionado durante este año. De hecho, los consultados en la Encuesta de Percepciones de Negocios del Banco Central considera que no se han producido grandes cambios en las dotaciones, ni tampoco se esperan en lo inmediato, mientras que resalta una percepción general de escasas presiones al alza en los salarios, segùn consigna Pulso.
Aquellos que prevén cambios indican que contratarán para algunos puestos específicos, enfocados principalmente en mejorar la atención y retener clientes. Como es la costumbre, se mantiene la dificultad para contratar técnicos o mano de obra calificada y se siguen informando las complicaciones que involucran las bajas competencias en determinados grupos de trabajadores.
Sobre los salarios, existe una percepción general de escasas presiones al alza. La mayoría indica que los aumentos corresponden a la inflación y se habla de casos específicos en que se han producido incrementos, en su mayoría porque los niveles de renta estaban muy por debajo de mercado.
Se percibe que la inmigración sigue siendo un factor que ha ayudado a contener el crecimiento de los sueldos, aunque su relevancia varía entre regiones y tipo de trabajadores.
En la zona norte la generalidad de los entrevistados no está actualmente en procesos de grandes cambios en la dotación. Los principales ajustes a la baja ya se hicieron y son solo contadas las empresas que están incrementando su dotación. Sin embargo una parte de los entrevistados señala que de darse sus expectativas, probablemente tendrán que incrementar en algo el número de empleados.
En todo caso, la evaluación mayoritaria es que hay bastante disponibilidad de mano de obra, tanto a nivel profesional como de personal técnico o de menor capacitación.
En la Región de Tarapacá existe preocupación por el impacto en el mercado laboral que tendrá la puesta en marcha del proyecto minero de Quebrada Blanca por la fuerte demanda de mano de obra que requiere y el efecto que pueda tener en los sueldos o la necesidad de traer gente de otras regiones.
Más allá de ello, la mayor parte de los entrevistados no percibe mayores presiones al alza en los salarios y los reajustes pactados se limitan principalmente al IPC.
En la zona centro, la mayoría de los entrevistados no indica mayores cambios de dotación y no prevé realizarlos, excepto en los sectores que han presentado o proyectan mayor dinamismo, como el forestal.
La disponibilidad de mano de obra se sigue calificando como elevada, favorecida por los inmigrantes, aunque algunos entrevistados señalan que ha disminuido levemente estos últimos meses. Así, las presiones salariales se han mantenido bajas dado que las pretensiones de renta no han cambiado mayormente y los reajustes de sueldos son mayoritariamente solo por IPC. Algunos consultados siguen dando cuenta de los mayores costos laborales provocados por la reforma laboral.
En la zona sur no se distinguen grandes novedades en el plano laboral respecto de lo reportado en los últimos informes. En buena parte de los rubros entrevistados no tienen contemplado realizar despidos, pero tampoco planean nuevas contrataciones y no están reemplazando a aquellos trabajadores que dejan sus puestos vacantes. El reclutamiento de personal adicional para la temporada alta, para el comercio y el turismo por ejemplo, no ha sido transversal entre empresas como en años previos.
Se mantiene la percepción de que si bien existe disponibilidad de mano de obra, en general esta no cumple con las competencias necesarias. Para hacer frente a esta situación, en ciertos lugares se menciona que han extendido su búsqueda a otras regiones. La incorporación de trabajadores extranjeros no se aprecia como un fenómeno unánime entre sectores o tipos de labores.
La mayoría de las firmas consultadas comenta que los reajustes salariales se limitan casi estrictamente a las indexaciones habituales por inflación.