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Especial Cambio21: Dos salubristas y los primeros 100 días y la “inmunidad de manada” que suscribió Mañalich que asegura que el contagio es inevitable

Foto: Gonzalo Bacigalupe, psicólogo de la Universidad Católica, magíster en salud pública
 
Por Rebeca Araya Basualto
 
A cien días de iniciada la pandemia que nos cambió la vida, el viernes 12 la prensa mundial difundió un triste ranking: Chile es el 5° país con la mayor tasa de contagios del mundo y, entre los países con más de 5 millones de habitantes, lidera ese indicador. Además, la Región Metropolitana superó la tasa nacional de letalidad. Es decir, la “batalla de Santiago”, declarada crucial a inicios de mayo por el Ministro de Salud, no se apuntará entre los triunfos del Minsal. Nuevas regiones entran en cuarentena, arrecian críticas sobre cambios metodológicos para medir los impactos del virus y hay acusaciones sobre falta de transparencia en el manejo de la información. Un clima sombrío atenaza al país, mientras intenta combatir al Covid 19.
 
¿Cómo lidiar con la incertidumbre? Cómo abordar desde las políticas públicas la rearticulación de una sociedad fragmentada?
Sobre estos temas conversamos con el psicólogo, Gonzalo Bacigalupe y el psiquiatra Juan Gustavo León, ambos especializados en políticas públicas de salud.
 
Necropolítica
Gonzalo Bacigalupe, psicólogo de la Universidad Católica, magíster en salud pública y global de la Universidad de Harvard, doctor en consultoría psicológica de la Universidad de Massachusetts Amherst, académico de la Universidad de Massachusetts Boston e investigador del Centro para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) ha puesto en juego, en los últimos dos meses, todos sus pergaminos académicos para hacerse escuchar en el debate público sobre la pandemia. En una difundida columna publicada en mayo por el vespertino La Segunda, sostuvo:
“Esta será una catástrofe mucho mayor que los terremotos de 2010 o 1960. Debemos prepararnos para lo peor (…) Se vienen tiempos duros. No tendremos plebiscito. El Gobierno se unirá a una oposición política que no ha estado a la altura”.
 
Chile –según lo dicho por el presidente- se preparó desde enero para esta crisis. Comparada nuestra experiencia con la de otros países ¿Fue adecuada y suficiente la preparación?
Hablemos de prioridades. ¿Importa la infraestructura médica y hospitalaria? sin duda. Hay que asegurar camas, respiradores, etc. Pero los países más exitosos son aquellos que invirtiendo en comunicación, educación y asignación de recursos financieros a la población, se orientan a evitar el contagio. Cada persona que no llega al hospital es una mejor oportunidad, para sí misma y para su comunidad.
 
Pero la lógica de la “Inmunidad de la manada”, que suscribió el ex Ministro Mañalich, asume que el contagio es inevitable. Y que mientras más personas se contagien, más rápido se inmuniza la población.
Al costo de que quienes no resisten la enfermedad, mueran. Eso es necro política o política de la muerte, que prioriza mantener activo el mercado, acelerando el retorno a los puestos de trabajo. Desde el punto de vista de la salud pública es una aberración, porque la tarea del Estado es proteger y cuidar a los ciudadanos. No proveer consumidores y mano de obra. Además, si comparo la población chilena con la población de Suecia, por ejemplo, que aplica el enfoque que Ud. menciona, en Suecia hay comunidades mejor nutridas, con educación y acceso a la salud. Por lo tanto, es probable menor cantidad de muertes que las esperables en Chile
Tal vez esta comparación explica la sorpresa del doctor Mañalich ante las condiciones de hacinamiento y pobreza que conoció recientemente…
 
Las políticas públicas no son fórmulas o abstracciones teóricas. Expresan criterios de realidad que solo se pueden establecer… conociendo la realidad en que se aplicarán.
 
Cuáles son las tres medidas claves que Ud. propondría para restablecer una relación de diálogo entre la clase política y los ciudadanos?
 
Primero: restituir la comunicación entre gobernantes y gobernados. El Estado no puede -no debe- ser percibido como un ente lejano, confuso y ajeno, porque entonces ni lo respeto, ni lo escucho, ni le hago caso. Lo segundo, el Estado debe elaborar el aprendizaje colectivo que está pandemia deja. Y eso nos lleva a la necesidad de que lo vivido se entienda y elabore como un problema del país, con sus aciertos y errores. Esa es mi tercera medida. Tendremos graves problemas si nos dedicamos al reparto de culpas y atribuimos a un sector del Estado, o a una determinada tendencia política, lo que ocurra.
 
La confianza es una emoción
El doctor Juan Gustavo León es sub director de la Clínica Siquiátrica Bretaña, post graduado en Instituto de Salud Pública del Ministerio de Salud Alemán, especializado en Psiquiatría General y Adicciones en la Universidad de Oslo (Noruega) y ha ejercido como docente en temas de su competencia en la Escuela de Medicina del Politécnico Nacional de México y la Universidad de Chile. Es también autor de las novelas históricas Inche Michimalonco y Las Puertas Perdidas.
 
¿Por qué, a su juicio, la población no sigue las instrucciones de las autoridades de salud?
 
La salud pública no se improvisa. Se basa en estrategias de largo plazo, con metas precisas y evaluables y tiene un soporte fundamental en la educación de la población, como actividad sostenida en el tiempo. No existiendo la base que menciono, no es posible improvisar con éxito conductas colectivas para combatir esta pandemia, porque no existe conocimiento de las metas de la política de salud en general, experiencia de relación con las autoridades de salud, hábitos de auto cuidado desarrollados en el tiempo por la población, ni condiciones básicas que permitan a un sector mayoritario cumplir la cuarentena y sobrevivir económicamente al mismo tiempo.
Ud. ha trabajado en países nórdicos y en Alemania. ¿Qué condiciones reúnen ellos que en plazos relativamente cortos y con costos de vidas bajos lograron salir de la pandemia?
 
En primer lugar, educación de calidad y en la mayoría de los países que menciona, gratuita. De modo que si hablan de un virus, no se confunden debatiendo teorías conspirativas. Igualmente existe confianza en las autoridades, más allá de la orientación política de quién esté en el poder. La educación enfatiza el auto cuidado y el cuidado del otro, lo cual se refuerza a través de la política de salud pública que, como ya mencione participa del proceso educativo.
 
¿Qué priorizaría Ud. en un esfuerzo desde el Estado para ganar eficiencia al combatir la pandemia?
En la circunstancia actual…es muy difícil. Pero, ahora o mañana, en este u otro gobierno, el Estado tendrá que trabajar para reconstruir la confianza ciudadana, de modo que empezar desde ahora puede significar un avance. Sobre todo porque la confianza es una emoción, se elabora en el tiempo y se funda en la experiencia. Si actuara desde el Estado cuidaría la coherencia entre lo que se dice y se hace. Influir en la conducta de otros (y de eso estamos hablando) supone contar con su respeto. Creo que ese es uno de nuestros problemas cruciales ante la autoridad en la situación que vivimos hoy.