Rodrigo Valdés se sumó al debate que generó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, al informar que el gobierno de Michelle Bachelet dejó "gastos comprometidos" sin financiamiento estimados en US$ 5.567 millones, cifras que ratificó ayer ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
El planteamiento de la autoridad ha sido rechazado por su antecesor en el cargo, Nicolás Eyzaguirre, asegurando que los gastos mencionados están incluidos en el presupuesto y que la cuestionada cifra de US$5.567 millones son sólo "presiones potenciales".
Ante ello, el predecesor de ambos, y que renunció al gabinete de Bachelet por falta de apoyo de la Mandataria, pidió "no hacer análisis exagerados e incorrectos" sobre esta materia. En una carta publicada este jueves por la sección Opinión de "El Mercurio", Valdés señala que "es entendible la presión a la que está expuesto el Ministerio de Hacienda", ya que "los desafíos fiscales son significativos, tanto por la posición inicial de las finanzas públicas, que es de cuidado, como por las promesas de campaña y nuevas demandas". "Lo anterior, sin embargo, no debería llevar a análisis incorrectos y exagerados de la situación", agrega.
En esa línea, recuerda que "primero, cuando hace algunas semanas se supo del mayor déficit estructural de 2017 (2,1% que luego fue 2%) versus la estimación preliminar de enero (1,7%), Hacienda exageró respecto de la situación fiscal de mediano plazo. Por razones largas de explicar, buena parte de esta desagradable sorpresa se revertirá en menos de dos años sin mediar acción ninguna, es decir, el balance estructural mejorará sin esfuerzo en 0,3%".
Y respecto de las presiones por mayor gasto, sostiene que esto se da todos los años y que es incorrecto considerarlas "gastos comprometidos". "Tampoco es correcto argumentar, como se hizo el viernes, que estas presiones debieron provisionarse y reconocerse en la proyección financiera en toda su magnitud. No se ha hecho en el pasado y es mala política validar completamente estas presiones, lo adecuado es gestionarlas", enfatiza Valdés, agregando que "la insistencia en llamar gastos comprometidos a estas presiones habituales, confunde y alarma a la ciudadanía".