En las últimas horas murió la destacada médico tanatóloga forense Patricia Hernández Mellado (62) quién fue una de las fundadoras de la Unidad de Identificación del Servicio Médico Leal (SML) y tuvo un importantísimo rol en la identificación de las primeras víctimas de derechos humanos durante la dictadura, fundamentalmente fusilados y asesinados cuyos cuerpos fueron encontrados en distintos lugares del país.
Desde noviembre de 2008, cuando fue sometida a una cirugía, cuando tenía 53 años, en la Clínica Indisa, para tratar un cáncer mamario, se encontraba en estado vegetal viviendo en la casa de sus hermanas.
¿Qué pasó durante la cirugía? La familia, hasta ahora, no han tenido una explicación satisfactoria. La primera información que recibieron daba cuenta que la paciente había sufrido un infarto. Luego un especialista del centro médico les confirmó que la forense estaba con daño neurológico irreversible.
Un mes después de la intervención, Patricia fue trasladada a una casa en Providencia Allí fue cuidada día y noche por una enfermera y su diagnóstico era lapidario hace nueve años: no se recuperará.
El caso saltó al tapete luego que el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago acogiera a tramitación la querella que presentó la familia de la forense para establecer si efectivamente hubo negligencia médica durante la operación. Ximena Hernández, hermana, tamnién doctora dice que incluso la ficha clínica de su hermana fue robada desde la clínica por una enfermera. “Ahora está incautada en el Ministerio Público”, sostiene.
“Hay muchas irregularidades en el protocolo de anestesia -remarca- y por eso el juez acogió esta querella. Patricia pasó diez minutos sin oxígeno y uno se pregunta dónde estaban los cirujanos, dónde estaba el anestesista que no se dio cuenta”, señaló en una entrevista hace seis años.
La querella criminal que se interpuso en septiembre de 2010 es contra el referido centro médico y los especialistas que se encontraban en el pabellón el 6 de noviembre de 2008, cuando la forense fue sometida a una cirugía para extraerle dos nódulos eventualmente cancerígenos de la mama izquierda, además de instalarle un catéter para quimioterapia. A la especialista ya le habían detectado cáncer en su mama derecha.
Quedó sin oxigeno
Ximena Hernández dice que Patricia ingresó a pabellón a las 16 horas. “Nos explicaron que sería una operación sencilla, que no demoraría más de una hora. Cerca de las 17:30 salió la cirujano y nos informó que mi hermana había sufrido un infarto, que le habían tenido que hacer reanimación y que la pasarían a la UTI. Patricia nunca despertó y esa medianoche el neurólogo nos informó que tenía un daño cerebral, producto de que quedó con hipoxia, es decir, sin oxígeno por un tiempo indeterminado y que no se recuperaría”.
Después del impacto de la noticia los familiares de la especialista comenzaron a preguntar, porque no podían entender lo que había sucedido. “Pedimos copia de la ficha clínica. Como soy médico me di cuenta que habían algunas irregularidades que no me cuadraban. En el protocolo de anestesia figura que le pusieron una máscara laríngea número 3. Estas máscaras se instalan de acuerdo al peso de la paciente. En ese momento mi hermana pesaba 68 kilos, por lo tanto, le correspondía una máscara número 5. Lo otro, es que en el protocolo consta que estuvieron cerca de 30 minutos haciéndole reanimación. En la misma ficha, pero en el protocolo de la cirujano, se indica que le hicieron maniobras durante cinco minutos”.
Añade que el otro aspecto irregular es que cuando “hay un paro cardiorespiratorio se colocan medicamentos. Figura en la ficha que se puso propanolol que es un fármaco que baja el pulso y la presión. Cuando lo que se debe hacer es subir el pulso”.
Patricia Hernández -agrega- “pasó diez minutos sin oxígeno. Ninguna falta de oxígeno es instantánea, va disminuyendo de a poco. La pregunta es si el anestesista estaba o no en el pabellón y si estaba qué hacía. Qué realizaban los demás integrantes del equipo que no se dieron cuenta de lo que ocurría".
La querella pide que la justicia investigue a los médicos Garbine Ballesteros, Álex Valencia, Ángela Bautista y Rodrigo Castillo, además de cualquier persona que durante la indagatoria resulte culpable del ilícito reseñado.
El documento pide además que se investiguen estos hechos en conjunto con una querella que tramita la Fiscalía Oriente en contra del médico cirujano Rodrigo Castillo Darvich por el delito de manipulación indebida y adulteración de la ficha clínica de Hernández.