Oh I'm just counting

He decidido apoyar a la DC. Por Alvaro Ortiz, Exalcalde de Concepción en tres períodos, Presidente Región Biobío DC

El país  vive un tiempo de incertidumbres y desencanto, debido a los múltiples vaivenes del concierto internacional, pero también los chilenos están golpeados porque nos ha tocado duro: el cinturón aprieta cada vez más para llegar a fin de mes y el miedo a salir en la noche nos ha hecho prisioneros de nuestras casas.

Hoy vemos que los  extremos se disputan la conversación pública, mientras la ciudadanía sigue esperando respuestas concretas y mesuradas. En medio de esta polarización, urge recuperar un espacio político que combine reformas profundas con gobernabilidad, cambios con responsabilidad y ese espacio natural lo debemos ocupar los democratacristianos.

En el actual escenario, la Democracia Cristiana está llamada a representar un centro moderno sin ambigüedad ni tibiezas, porque nuestro gran sello es que tenemos la voluntad de articular mayorías para transformar el país. 

Gracias a la DC fui dos veces concejal, tres veces resulté electo alcalde del gran Concepción y nada de eso hubiese sido posible sin el partido de la falange, que también es mi familia, nuestra familia.

Hoy tenemos que tomar una decisión en el plano presidencial, pero aquí no hay espacio para opiniones personales, ni para cuidar cupos. Necesitamos volver a escucharnos y devolverle a la Junta Nacional, instancia máxima de nuestro partido, el poder de resolver cuál es el camino que debemos seguir para asegurar la sobrevivencia de la DC y de sus ideas como pilares para construir una sociedad más justa.

Somos un partido de convicciones claras y Chile necesita ideas progresistas de la mano de un centro moderado que no se quede en el diagnóstico. Tenemos propuestas para la crisis de seguridad, propuestas para reactivar la economía sin dejar a nadie atrás, y un plan serio para avanzar hacia un Estado Social y Democrático de Derecho.

Para lograrlo, la Democracia Cristiana no puede conformarse con ser un actor más o de comparsa. Necesitamos volver a ser mayoría en el Congreso, porque solo así podremos impulsar las reformas que la ciudadanía demanda. Un partido fuerte y presente en el Parlamento es clave para construir los acuerdos que permitan impulsar: seguridad sin complejos, con medidas duras contra el narcotráfico, fortaleciendo la prevención y aumentando las penas para quienes se han tomado nuestros barrios. 

Nuestro sello es la seriedad programática. No basta con criticar los extremos, hay que construir un proyecto político que combine justicia social, crecimiento económico y sostenibilidad ambiental. Un proyecto que sea capaz de volver a entusiasmar a los jóvenes, a las regiones, a las y los trabajadores.

Por eso llamamos a todas y todos quienes creen en el diálogo, Chile no necesita más gritos ni más odio. Necesita que el PDC vuelva a liderar un centro moderno, valiente y progresista que le devuelva la esperanza y las certezas a ese 52% que apoya las ideas de centro y que no quiere extremos.