Juan Carlos Cruz, denunciante del caso Karadima, relató este martes a Cooperativa un incómodo cara a cara que tuvo con el cardenal Francisco Javier Errázuriz en Roma, donde se encuentra desde el fin de semana.
El periodista viajó a la capital italiana para reunirse, dentro de los próximos días, con el papa Francisco, invitado por el propio pontífice para conversar sobre los elementos que él y otras personas testimoniaron ante el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, en su reciente visita a Chile.
En este contexto, contó que al dirigirse a la Embajada chilena en Roma se topó con Errázuriz, quien iba entrando al mismo tiempo y que, al verlo e intercambiar algunas palabras, reaccionó "muy pesado".
"Yo le dije: 'Mire con quién me encuentro acá'... No sé si eso le cayó mal...", comentó Cruz.
"(Errázuriz) me dio la mano y me dijo: '¿Cómo está?', y yo le dije: '¿Va a la Embajada?', y me dijo que sí y se fue... Yo le dije: 'Bueno, entonces espero que usted se vaya para ir yo'", detalló en conversación con Una Nueva Mañana.
Juan Carlos Cruz también explicó la manera en que se concretará su conversación y la de los otros denunciantes públicos del caso Karadima -José Andrés Murillo y James Hamilton- con el líder católico.
"El jueves (de esta semana) nos vamos a ir a Santa Marta, a la residencia del papa, hasta el próximo miércoles. El papa se va a juntar separadamente con nosotros: un rato con José, un rato con Jimmy, y a mí me dijeron que quería juntarse toda la tarde del domingo conmigo, y que el lunes se reuniría también con nosotros tres, juntos", explicó.
Cruz señaló que, cuando se encuentre con el pontífice, no perderá la oportunidad de advertirle sobre el carácter nocivo de su cercanía con Francisco Javier Errázuriz: el arzobispo emérito de Santiago forma parte del Consejo de Cardenales o denominado "G9"; grupo permanente creado por el propio argentino para aconsejarlo en el gobierno de la Iglesia Católica.
"Le voy a decir al papa que (Errázuriz) es una de las personas más tóxicas que él tiene ahí, desinformándolo... El tipo está como Poncio Pilatos, tratando de lavarse las manos, porque, francamente, se da cuenta de que el barco se le está hundiendo... En el fondo, es un señor muy despreciable", remató el profesional.