La debacle de Fuente-Alba tiene fecha de inicio: 5 de noviembre de 2014.
Ese día, segpun publica un reportaje del diario La Tercera, el fiscal de Alta Complejidad de la Fiscalía Centro Norte, José Morales, abrió de oficio una investigación secreta en su contra.
Sin mediar denuncia y motivado por una fortuita revisión de antecedentes en páginas de internet que cuestionaban de forma anónima la gran cantidad de propiedades, autos de lujo y nivel de vida de Fuente-Alba , que no se condecía con el sueldo de un militar, el Ministerio Público decidió revisar la situación económica del excomandante.
Un informe de la Unidad de Análisis Financiera (UAF) confirmó, en abril de 2015, las sospechas. Entre 2004 y 2015 Fuente-Alba realizó 19 compraventas de once bienes raíces, seis de esas transacciones fueron con sus hijos Adolfo y Fernando de -entonces- 30 y tantos años.
El informe del mencionado medio agrega que dos de las casas adquiridas por Fuente-Alba, según los analistas de la UAF, “fueron pagadas al contado”, por un total de $ 218 millones. Asimismo, una propiedad adquirida en 2013 por $ 125 millones no registraba hipotecas, por lo que habría sido pagada en efectivo.
Una situación similar quedó de manifiesto con su esposa, Anita Pinochet Ribbeck, quien entre los años 2013 y 2015 adquirió “dos bienes raíces por un total de $ 274 millones, pagado, por lo menos uno de ellos, al contado y con dinero en efectivo”, se lee en el informe.
Los analistas de la UAF destacaron que Pinochet no registraba actividad económica después del 2010, ni participaba en alguna sociedad, ni imponía ante una AFP.
“Dichas adquisiciones carecen de una justificación aparente del origen de fondos con los cuales fueron financiadas”, sostiene el reporte. A eso se suma, se lee en el documento, la adquisición de Fuente-Alba de dos automóviles por $ 96 millones en 2015, lo que junto a la compra y traspaso de casas “superaban significativamente sus ingresos tanto de remuneraciones percibidas del Ejército como de su pensión”.