Oh I'm just counting

Las mujeres detienen la historia de Chile y ponen pausa para hacer su propia revolución .Ya no hay vuelta atrás.

Nunca se lo imaginaron, ni en sueños que el feminismo sería el protagonista de una nueva revolución social en nuestro país. Ahora, a cambiar de libreto porque no solo es el lucro en las universidades, la educación municipalizada, la gratuidad, las pensiones, sino la lucha por un derecho fundamental para las mujeres como es la igualdad de género

Por María Cristina Prudant

 

El gobierno aún está en schock. Todo lo que se imaginaban, en lo que pensaron y que de seguro creyeron que iban a poder controlar, quedó en nada. Ahora están como frente a una hoja en blanco. Tienen que reaccionar y sumarse a esta revolución porque ya no hay tiempo para oponerse.  El gobierno es nada frente al movimiento feminista. Debe ser proactivo porque los cuatro años de gobierno pasan volando. Los expertos hablan de enfrentar el fenómeno porque esto es más que una piedra en el zapato.

El ministro de Educación, Gerardo Varela, que ha resultado toda una sorpresa no se ubica bien con el tema. No ha visto las marchas, movilizaciones y las pancartas que hablan de “No a una educación sexista”, “Las mujeres nos ponemos de pie” , “igualdad de género”, “fuera el machismo de las universidades” y tantas otras consignas que  por estos días estamos viendo todos los chilenos y chilenas. Cae en errores imperdonables como hablar de “pequeñas humillaciones” que habrían sufrido algunas alumnas en sus facultades tras la serie de abusos que han denunciado en las últimas semanas y que provocaron una ola de movilizaciones feministas en el país.

La frase de Varela generó críticas en distintos sectores y fue la propia ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá, quien salió a responderle. "Las humillaciones no son ni pequeñas ni grandes, son humillaciones y todas lesionan la dignidad de las personas", dijo.

Y Piñera recalcó que entre los objetivos de la mesa de trabajo para alcanzar un desarrollo integral en el país se debe incluir la necesidad de "eliminar todo tipo de discriminación o de violencia contra nuestras mujeres, es parte esencial de lo que es un verdadero desarrollo integral".

A esta altura de los acontecimientos, el 17 de abril de 2018 será una fecha que quedará marcada en la historia del movimiento feminista chileno. Ese día, en la Universidad Austral de Valdivia se produjo la primera toma en busca de una educación no sexista en un plantel de educación superior, movimiento social que parece estar lejos de decaer.

En la actualidad, son aproximadamente 18 los establecimientos que se encuentran movilizados, la mayoría por casos internos de acoso y/o abuso sexual, mientras otros se han sumado a la causa en una muestra férrea de apoyo a las jóvenes afectadas en otras universidades.

La  directora del Doctorado en Educación de la Universidad Alberto Hurtado y experta en investigaciones sobre género y educación, Teresa Rojas, destacó que "acá hay una conversación que se va a instalar a nivel de las aulas y también a nivel productivo y de relaciones sociales". "Ahí veo cambios en el mediano y corto plazo de figuración, visibilidad y participación de las mujeres. Va a ser muy difícil que en las próximas elecciones de autoridades no tengan este tema en la agenda de las campañas. En ese sentido, el movimiento instala una nueva conversación que el Gobierno tendrá que escuchar", aseguró.

Roxana Pey, por su parte, considera que el gobierno "está tratando de resolver esto rápidamente, pero ha quedado totalmente sobrepasado". Destaca, además, que el movimiento "ni siquiera ha mencionado a una figura del gobierno", a pesar de las intervenciones de la propia ministra de la Mujer , sobre todo a través de Twitter.

Por eso,asegura, "el gobierno quedó en la irrelevancia total". "Creo que están pensando que esto se resuelve con un par de protocolos y se acaba. Si lo minimizas a eso, parece de fácil solución, pero eso no es ni lo que está pidiendo ni lo que resuelve este asunto. Están equivocados, porque esto engloba una dimensión difícil de resolver, que tiene características de explosión social. Es el fin de la tolerancia contra el abuso de todo tipo", opina Pey.

En tanto, el académico de la escuela de Ciencia Política de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, destacó que "este movimiento va a impactar en la agenda de los partidos y el Gobierno, y puede tener una consecuencia en la forma en que los partidos van a comenzar a ver la política".

¿Qué puede hacer el Gobierno? Según Rojas, "uno esperaría que el Gobierno sea proactivo y no solamente un observador de la marcha, un regulador de que los protocolos existan o alguien que se suma muy pasivamente a lo que está sucediendo”.

A juicio de Morales, el Gobierno en si no puede hacer mucho más, "salvo tratar que la ministra de la Mujer tenga un rol mucho más protagónico y más congruente en relación a las demandas. Eso la podría catapultar como una de las figuras centrales y capaz de capturar la popularidad del movimiento".

La ex ministra de la Mujer Claudia Pascual opinó: "Si los hombres se incorporan, los cambios van a venir mucho más aceleradamente" La ex secretaria de Estado se refirió a los movimientos estudiantiles feministas, afirmando que han buscado hacer "un llamado a autoexaminarnos y a decir '¿qué más nos falta?'".

"En la medida en que tú vas avanzando en algunos derechos, te empiezan a surgir con más fuerza aquellos que siguen quedando atrás". Al mismo tiempo, defendió el legado de la ley de despenalización del aborto en tres causales, asegurando que el gobierno de Michelle Bachelet intentó "abordar una agenda de género que tuviera una mirada".

"En los establecimientos educacionales hay una demanda muy fuerte de no utilizar la relación de jerarquía como una manera de promover el acoso o el abuso y ocultar ese tipo de situaciones, pero también es una demanda para la situación entre pares, no solo cuando hay una situación de poder, sino entre los estudiantes", señaló.

Sobre las proyecciones de los movimientos feministas, aseguró que "hay una demanda mucho más profunda, que no solo tienen las mujeres, sino que hay muchos hombres que se están plegando: Que tengamos educación en igualdad y equidad", comentó. "hay un cuestionamiento a la cultura machista, y tanto mujeres como hombres hemos sido enseñados en ella. Indudablemente tenemos que avanzar a que los hombres también se incorporen a esta transformación cultural porque, en la medida en que se incorporen, esos cambios van a venir mucho más aceleradamente que si sólo los divulgamos, los pedimos, los demandamos y transformamos las mujeres", manifestó.

“Es importante hablar de una educación no sexista”


Casandra Carrasco Rubio es la vocera de la Universidad del Bío-Bío. Estudia Trabajo Social, cuenta que decidieron tomarse dos edificios de la casa de estudios para tener un espacio de reflexión. Ellas mismas están trabajando hoy en un protocolo en contra del acoso y abuso sexual. Casandra dice que “es importante hablar de educación no sexista”, que releve la idea de que la formación escolar y profesional no puede olvidar la equidad de género. “Entender que la problemática de género es algo cultural y transversal a todas las áreas. El espacio de formación universitaria no queda al margen de eso”, comentó.

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral , Valentina Gatica, explicó que en su plantel ya tuvieron negociaciones con las autoridades internas y estas aceptaron gran parte del petitorio que ellas propusieron. Sin embargo, eso no fue motivo suficiente para desistir de la paralización. “Estamos a la espera de coordinar algo a nivel nacional, comprendiendo que nosotras pudimos haber avanzado, pero nuestras compañeras no. Estamos en movilización apoyando la causa nacional”, argumentó Gatica.

Constanza Muñoz es vocera del movimiento feminista de la Universidad Federico Santa María. Explica que la toma del establecimiento responde a las denuncias por abuso sexual que realizaron algunas de sus compañeras contra un alumno, donde “la universidad tuvo una muy mala gestión”. Además, dice que su petitorio está formado por varios puntos, entre ellos “el fin a la educación sexista y todo lo que tenga que ver con inclusión femenina y de minorías. Entendemos que este es un espacio donde reina la heterosexualidad masculina”.

Magdalena Lira vocera de la Escuela de Derecho Universidad Católica dice que el movimiento feminista se ha ido levantando poco a poco, pero esta vez vino a decir con fuerza que  tenemos que ponerle un alto a estas conductas que ocurren día a día en los ambientes universitarios y de la sociedad.

Francisca Ochoa de la Asamblea de Mujeres FEN (Facultad de Economía y Negocios) de la Universidad de Chile precisó que lo que está pasando en el país con las mujeres “es una situación histórica , nosotras así la hemos catalogado. Es una situación que llegó a un punto cúlmine donde las mujeres tomamos la iniciativa de tener formas de movilización distintas de la Facultad que de alguna manera pudieran poner en el tapete público no solo a la facultad sino lo que ya se vive en la FEN, en el país. En la FEN , específicamente las mujeres hemos sido marginadas".

"La Secretaría de Género hemos estado trabajando para generar un espacio, una política para terminar con el acoso. La facultad a principios de año nos cerró la puerta y en ese sentido dijimos bueno hay que empezar a tomar otras medidas y ver que esto no es un paro más, una movilización, una marcha es una voz fuerte de que las mujeres ya nos cansamos de los acosos, los abusos y salimos a movilizarnos con todas las formas posibles que hoy día nos permitan visibilizar nuestras demandas”.

También opinó Teresa Valdés presidenta del Observatorio de Género y Equidad dijo que “lo más importante y esto hay que recordarlo, es que estas mujeres, dirigentes de hoy son continuadoras de Isabel Lebrón de Antonia Tarragó que consiguieron que las mujeres entráramos a la Universidad por primera vez. Entonces, esta es una continuidad  en una lucha  que claramente el 2011planteó el tema de la igualdad de la no discriminación en términos sociales y esto ya es entrar más profundo, mucho más adentro en lo que es las relaciones de poder entre hombres y mujeres porque podemos haber entrado muchas a la universidad a la educación en general , parecemos iguales, pero todavía hay tremendas diferencias en las prácticas cotidianas, en los contenidos, en la reproducción de un orden que es discriminatorio y que es negativo para todos porque con este orden perdemos las mujeres y los hombres”.

Vicente Salinas, presidente Centro de Alumnos Instituto Nacional sobre el tema expresó que “los estudiantes están apoyando estas manifestaciones y que entre todo nos estamos quedando con el fondo de la discusión que tiene que ver con que efectivamente el Instituto Nacional tiene que avanzar en materia de género y la sociedad también”.