Oh I'm just counting

Los acádemicos y el sistema de educación superior. Por Iván Navarro. Presidente Foro Educación Superior AEQUALIS.

El “INFORME PERSONAL ACADÉMICO EN EDUCACION SUPERIOR 2018, DE SIES (Servicio de Información de Educación Superior del Ministerio de Educación), presenta datos interesantes sobre la composición del cuerpo académico de la Educación Superior de nuestro país, factor esencial y no siempre bien ponderado, en el análisis de las políticas públicas en actual desarrollo, tendientes al aseguramiento de la calidad de este nivel educativo.

En efecto, el Informe establece que, entre los años 2014 y 2018 la cifra de académicos únicos, esto es, académicos que tienen algún tipo de jornada en una Institución de Educación Superior (IES) es de 86 416, cifra que al compararla con el año 2014 representa un aumento de 4,7%, pero que al comparar solo lo ocurrido entre 2017- 2018 muestra una disminución de un 0,9%, que equivale a 800 académicos entre un año y otro. Si bien es cierto esta disminución es aplicable asolo en este periodo 2017- 2018, es importante indagar posibles causas, que podrían acentuar la tendencia en los próximos años, generando dificultades mayores.

Una primera aproximación, podría centrar las causas en una cierta estabilización de la Matrícula de Educación Superior en los años más recientes, especialmente a partir de 2015 (1.233.043), 2016 (1. 247.178) y 2017 (1.247.746), lo cual obliga a las IES a concentrar más su actividad académica. Otra causa es sin duda la incertidumbre por las reformas introducidas al nivel terciario, especialmente la Gratuidad, que lleva a tomar precauciones ante un panorama que genera interrogantes serios en materia de financiamiento, especialmente por las brechas eventuales entre aranceles regulados y reales. Una tercera causa debería estar constituida por la “irrupción” cada vez más evidente de la automatización, expresada en el caso de las IES en el aumento de la formación a distancia, especialmente en modalidad on line, que representa una disminución del campo laboral académico, igual que en otras áreas. Por último, no es menor como causa la disminución del número de IES, hoy establecida en 145 entre Universidades (57), Institutos Profesionales (33), Centros de Formación Técnica (36) e Instituciones de la defensa Nacional (19).

El Informe señala que los académicos únicos, analizados en el acápite anterior, traducidos en Jornadas Completas Equivalentes, o sea de 44 horas semanales de dedicación, equivalen en este año 2018 a 44 277 Jornadas completas, cuya composición es interesante de analizar: de ellas, el 57% corresponde a hombres y el 43% a mujeres; del total de académicos únicos, el 52% tiene estudios de postgrado, el 22, 2% de Doctor y el 29,9% de Magister, experimentando ambos guarismos un aumento sostenido en los últimos cinco años.

Un punto importante de resaltar es el relativo a la distribución de las Jornadas Completas Equivalentes en las Universidades (74,9%) en los Institutos Profesionales (17,9%) y en los centros de Formación Técnica (solo un 7,2%). En esta distribución actual del personal más calificado, se debe poner especial atención y esfuerzo por mejorar la calidad de sus académicos, dada la importancia que tiene  el nivel de formación Técnico Profesional en el sistema, por sobre el 40% de la matrícula total. De la misma manera, es preciso considerar que el 72% del personal académico se concentra en la Región Metropolitana (48,4%), en la de Bio Bio (12,5%) y en la de Valparaíso (11,1%), casi misma proporción que la de distribución de la matrícula (un 71,5% en las mismas tres regiones en 2017), replicando las asimetrías territoriales y las dificultades para un desarrollo regional más equilibrado.

La inmigración de los últimos años también se ha dejado sentir en el mundo académico. El análisis del SIES establece que en el sistema trabajan 3108 académicos extranjeros, de los cuáles el 25% proviene de países europeos y sobre un 43% de países sudamericanos, un aporte que se deja sentir especialmente en el campo de la internacionalización de nuestra Educación Superior, una tarea que recién comienza a tomar fuerza en las políticas de mejoramiento de la calidad de este nivel educativo.

Cuándo estamos ad portas de la implementación de la nueva ley 21. 091 que reforma la Educación Superior, en materias tan relevantes como su marco regulatorio, el financiamiento y las políticas de aseguramiento de la calidad, la atención en la composición, distribución, pertinencia y formación del componente académico es vital y los antecedentes señalados así lo ratifican.